La frase que encabeza este artículo la pronunció Pedro Sánchez, mientras anunciaba la composición del nuevo gobierno, después de la profunda remodelación que hizo el pasado mes de Julio. A simple vista puede parecer una verdad de Pero Grullo, pues a nadie que atraviesa un túnel, se le ocurre dar media vuelta y regresar al punto de donde salió y mucho menos si te han obligado a metete en él, como es el caso de una crisis económica y sanitaria, como la que España ha vivido desde marzo de 2020.
Dicen que las crisis hay que considerarlas como una oportunidad de renovación y cambio a mejor, y que después de pasarlas uno siempre sal fortalecido, sin embargo en estos últimos tiempos la experiencia me dicta que esto depende de quien gobierne, pues y tal como pasó en la crisis financiera del 2008, gobernando un ultra conservador como Rajoy en España, no solo acabamos regresando al mismo sitio por el que entramos, si no que retrocedimos unos cuantos años atrás,hundiendo no solo el nivel de vida que habíamos alcanzado sino retrocediendo en derechos sociales que tanto nos había costado alcanzar.
Esta vez sin embargo la cosa es bien distinta, el que preside nuestro gobierno es persona de izquierdas y muy convencido de la necesidad de acabar con la desigualdad social que la revolución neocon desde la década de los noventa del pasado siglo XX hasta hoy ha provocado en el mundo civilizado, perjudicando gravemente la economía mundial; planteamiento que comparte también la derecha europea cuando ha debido admitir que apartarse de la socialdemocracia le ha conducido al desastre y una dependencia de los Estados Unidos.
Pero volviendo a España, deberíamos empezar por admitir las taras que afectaban a nuestra economía, ya antes de la pandemía, con el fin de aprovechar la ocasión de gran cambio que se está produciendo, para corregirlo y garantizarnos un futuro de progreso y justicia social. En primer lugar una dependencia excesiva del turismo que nos ha llevado a una precariedad laboral, dado el carácter estacional de este sector. En segundo lugar, aunque puede que tenga como origen también la dependencia del turismo, ha sido la especulación inmobiliaria, que ha provocado la degeneración de nuestra clase empresarial que abandonó rápidamente la investigación, y la industria productora de bienes y servicios, para invertir en especulación pura dura que le proporcionaba suculentos beneficios a corto plazo. Todo ello nos ha traído una corrupción casi generalizada que ha terminado por dar la puntilla a una clase empresarial, completamente desquiciada que solo sabe obtener competitividad, en base a la bajada de salarios, la precariedad laboral, y la explotación del hombre por el hombre.
Cuando Pedro Sánchez habla de que vamos a salir del túnel por una boca distinta a la que habíamos entrado, nos quiere decir que de ninguna manera vamos a volver a lo descrito en el párrafo anterior. Que bajo su dirección, su equipo ha buscado la colaboración de los verdaderos empresarios, que haberlos haylos, para apartar a los especuladores de la primera línea económica, que en base a esta nueva mentalidad empresarial, crear un nuevo sistema económico, basado en la industria, llamada verde, como base fuerte, dejando al turismo, sin disminuir los números absolutos de antes de la pandemía, en un porcentaje que sea de complemento.
De momento Seat en Martorell se dispone a transformarse para la fabricación de coches eléctricos, gracias a las gestiones de Pero Sánchez cerca de la dirección de Wolkswagen y la concesión de ayudas de los fondos europeos a esta empresa. La visita del presidente del gobierno a Silicon Valey donde se entrevistó con los principales ejecutivos de las grandes empresas tecnológicas del mundo, es otra puerta que se abre para la modernización de la economía española. Ahora solo falta que la clase empresarial española manifieste un claro signo de cambiar su mentalidad y que el sector financiero demuestre una firme voluntad de abandonar la especulación pura y dura y canalice sus inversiones al fin que se les propone. ¿Lo veremos algún día?
También es necesario un giro de noventa grados en la mentalidad sindical, las grandes centrales deben ser conscientes que su papel en esta nueva era, no puede ser el mismo que hasta ahora y su puesta al día empieza a ser urgente e imprescindible si en verdad queremos avanzar hacia esta nueva senda de progreso
Por último es también cuestión básica y fundamental, un giro total en la posición de la derecha española, que debe hacer los cambios, en cuanto a personas y líderes se refiere, para emularse al resto de partidos del centro derecha del resto de la UE, alejándose de cualquier veleidad con la extrema derecha y respetando por encima de todo los principios de la democracia. Digo que es imprescindible porque no se puede garantizar la estabilidad que la economía necesita, con el permanente intento de derribar al gobierno democráticamente elegido, antes de concluir la legislatura, cuando los resultados que está obteniendo son altamente positivos, Necesitamos un Partido Popular que no se niegue a la renovación del estamento judicial pues para la inversión extranjera que se necesitamos, es imprescindible un funcionamiento perfecto del tercer poder el del estado, pues las garantías jurídicas son la clave fundamental de los inversores extranjeros a la hora de invertir sus capitales en nuestro país.
Saldremos del túnel en un nuevo lugar y dependerá de todos y cada uno de nosotros, saberlo aprovechar para avanzar definitivamente y situarnos junto a nuestros homólogos europeos.
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