Me preocupa y me
molesta el cariz que están tomando los acontecimientos en Cataluña y España con
referencia al tema del llamado “proceso de transición nacional”, en el que una
parte de la sociedad catalana anda metido, y del que el actual Gobierno de la
Generalitat es parte activa.
Escribo esto cuando
ayer por más de 7 horas, se reunieron, en el Palau de la Plaza de Sant Jaume
de Barcelona, las formaciones políticas con representación parlamentaria que
directamente apoyan la consulta del 9N, suspendida por el Tribunal
Constitucional. Me molestó en sobre manera, las palabras del Presidente de la
Generalitat, cuando se atribuyó la representación de todos los catalanes en
esta cuestión, cuando es bien sabido, que una buena parte de ellos, entre los que
me incluyo, estamos en absoluto desacuerdo en llevar el tema desde decisiones
unilaterales pasando por encima de leyes y acuerdos con el estado español.
Me indignó incluso,
que cual si estuviéramos en estado de guerra, los participantes se negaran a
comentar nada de lo que se dijo en la reunión e incluso concretar los acuerdos
que se tomaron, indicando tan solo que persisten en la convocatoria del 9N,
encerrándose en una especie de pacto de silencio, sobre las estrategias que se
adoptaran a partir de ahora mismo, para burlar los posibles contraataques de las
instituciones del Estado. ¿Es que piensan adentrarse en la ilegalidad más
absoluta con el fin de obtener sus objetivos? ¿Es que están convencidos de la
poca solidez de sus argumentos? o bien ¿es un reconocimiento de que están
engañando a los ciudadanos, y no quieren que se les descubra el pastel antes
que no haya remedio?
Lo que si deduje
después de escuchar a unos y otros, es que Más y los suyos, han cruzado el
Rubicón, y ya han prendido la mecha que va a quemar sus naves y a pesar de la
opinión de un experimentado tertuliano en el sentido que por presiones de los
poderes económicos planetarios, Rajoy puede llamar a Más a sentarse a dialogar,
yo estoy cada vez más convencido que en su fuero interno Más y Rajoy, ya han
pronunciado la cesárea frase “Alea iacta est” y están dispuestos a llegar hasta
las últimas consecuencias.
Los dirigentes
soberanistas catalanes y todos los órganos de propaganda a su servicio Radio
Televisión, Prensa etc. son conscientes que engañan a los ciudadanos día a día,
ocultándoles la verdad de los problemas que deberían de soportar los ciudadanos
de a pié, durante la primera generación de catalanes independientes, en una
Cataluña excluida de la Unión Europea, y sin sus principales entidades financieras,
Banc de Sabadell i la Caixa, que ya han indicado claramente que en cuanto el
llamado proceso se consume ellos trasladan sus sedes centrales a Madrid, por
cuanto el 80% de su negocio está en el resto de España y de esta forma evitar
boicots. La acentuación del frenazo a la inversión extranjera, que ya hoy
empieza a notarse en Catalunya y el consiguiente aumento del desempleo,
sería otra de las causas que los economistas, generalmente neoliberales que hoy
se prodigan defendiendo los postulados del soberanismo, no explican a los
ciudadanos y en base a subterfugios más o menos inteligentemente presentados,
muestran la Cataluña independiente como el paraíso terrenal, donde el dinero
entraría a espuertas, todos seríamos felices y comeríamos perdices.
Del otro lado, el de
ultranacionalismo español de Mariano Rajoy, comete el gravísimo error de
considerar que la solución a un problema, a todas luces político, la pueden
encontrar exclusivamente en el ámbito judicial, quizás sea por la manifiesta
incapacidad de estos derechistas dogmáticos para ejercer de políticos, lo que
les obliga a cometer el tremendo error de judicializar la sociedad. ¿Cómo es posible,
de no ser capaces de proponer una salida a un manifiesto problema? ¿Cómo pueden
tratar un manifiesto malestar en una parte de España, negando las propuestas
que desde allí se le hacen, sin proponer solución alguna? Desde luego los 8
años del aznarato, fueron nefastos en la historia de España, pero los cuatro de
Rajoy, van a ser con diferencia los peores. ¿Por qué no aprenden del
conservador Cámeron, que a pesar de haber derrotado con creces al nacionalismo
escocés, inmediatamente se pone a ofrecer una solución de tipo federal a los
perdedores? Quizás sea porque Cameron y el partido Conservador Británico, si
son políticos de casta y por el contrario Rajoy y la derecha española, siguen
anclados en postulados franquistas.
Dada la incapacidad
manifiesta del nacionalismo para solucionar este problema, estoy convencido que
solo va a tener salida, a partir del acceso al poder del socialismo, en España
(PSOE) y en Cataluña (PSC) las únicas fuerzas que han sabido agarrar el toro
por los cuernos y pactar una reforma en un sentido federal, de la Constitución
de 1978, que clarificará de una vez por todas, el confusionismo del llamado
estado autonómico, donde el tema competencial y la financiación se encuentran
en una especie de totum revolutum donde nadie tiene claro nada; lo malo es que
al no ser del interés de los nacionalismos, esta solución, tanto Rajoy como el
equipo Mas, aceleran la marcha todo lo posible para que el choque de trenes se
produzca antes que unas elecciones cambien el panorama político. “Alea iacta est” La suerte está echada;
que Diós nos pille confesados.
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