lunes, 13 de febrero de 2012

EMIGRANTES ESPAÑOLES


Llevo días pensando y meditando, en el intento de encontrar la pista de la transformación económica española que nos encarrile definitivamente hacia la salida de la crisis que poco a poco no solo nos ahoga si no que parece pretende aniquilarnos, cerrando todas las puertas que nos podrían permitir un cierto crecimiento esperanzador, en nombre de una mal entendida austeridad que el principal motor de la economía europea nos impone a rajatabla.

De todos es sabido que la gran y definitiva solución, debe pasar forzosamente por un giro radical del sistema capitalista, que se ha demostrado totalmente agotado e incapaz de satisfacer las necesidades de la sociedad del siglo XXI y sin eludir de ninguna manera que este giro va a comportar grandes sacrificios a los ciudadanos, en particular los del llamado primer mundo, lo que todos intuimos a ciencia cierta, es que si nos lo proponemos seriamente, abriremos la puerta a un nuevo período de prosperidad y justicia social como nunca en la historia se ha conseguido.

En España, donde la crisis ha puesto de manifiesto una serie de problemas que venimos arrastrando desde el franquismo, como el no haber sabido encontrar un camino de crecimiento económico no falseado por la especulación pura y dura. Donde no hemos creado una clase empresarial seria, moderna y profundamente socialdemócrata, como si se ha creado en los países punteros de Europa; un país en el que, si bien tras ímprobos esfuerzos, los gobiernos del PSOE, que hemos podido disfrutar en el reciente período democrático, han reducido enormemente la distancia entre los resultados de la educación y formación de nuestros jóvenes, con la media europea, y han equiparado los servicios de sanidad pública, universal y gratuita al nivel de los más adelantados y eficientes del mundo, no hemos inculcado suficientemente en la mentalidad ciudadana, la vocación de emprendedores, encontrándonos ahora con la dificultad añadida que estos jóvenes muy preparados, están labrando su futuro y dando lo mejor de si mismos, lejos de nuestras fronteras.

¿Cómo podremos superar la crisis, con el crédito cerrado a cal y canto hasta que las entidades financieras no consigan sanear sus balances altamente intoxicados por la especulación inmobiliaria? ¿Cómo podemos construir un nuevo sistema económico, no dependiente de la especulación, si nuestros principales valores humanos de futuro los echamos del país?

Otra dificultad añadida, seria el actual gobierno derechista, aunque en esto vale decir que es nuestra responsabilidad por haberlos votado tan mayoritariamente y que precisamente por sus declaraciones y medidas inmediatas que ha adoptado, no nos permite confiar en su espíritu innovador en el objeto del presente articulo, si no más bien todo lo contrario, pues parecen decididos aunque los expertos opinen lo contrario, de volver a impulsar el negocio inmobiliario para situarlo de nuevo en la base del crecimiento económico de nuestro país, cuestión que a cualquier persona mínimamente consciente le debería llevar las manos a la cabeza y empezar a conspirar para el derribo de unos gobernantes tan ciegos.

Con todo no debemos perder la esperanza y sobreponernos a las dificultades hasta conseguir situar España, en la senda estable y segura del desarrollo sostenible. Para ello en primer lugar, todos y cada uno de nosotros, debemos tomar consciencia de nuestras posibilidades, de nuestras capacidades y nuestra vocación de emprendedores. Debemos ser capaces de asumir el control de las empresas que los actuales gestores, propietarios o administradores no están en línea con la modernidad y solo saben buscar la competitividad y rentabilidad en la disminución de los costes salariales, en lugar de la innovación tecnológica y el estímulo procurando un mayor bienestar a la clase obrera.

1 comentario:

  1. Pues mira por dónde van los tiros... nos estamos volviendo nuevamente en "exportadores de personas", como ya lo fuimos en el pasado, aunque con una diferencia grande: en el pasado previo a la democracia exportábamos fabricantes de pensamiento único, generalmente envueltos en sotanas y pertenecientes a las distintas congregaciones nacional-católicas y en el presente actual lo que estamos exportando es gente formada en nuestros centros y universidades financiados con nuestros impuestos... ¿Arriba España?

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