domingo, 12 de septiembre de 2021

UN INFORME QUE RESULTA DEMOLEDOR



 A mediados del pasado mes de Agosto, la ONU emitió su informe sobre el cambio climático en nuestro planeta que ha resultado demoledaor quizás porqué esta vez los medios de comunicación de masas le han prestado mayor atención y de han esforzado en divulgarlo. Hemos venido oyendo que la subida de la temperatura es imparable y que el 1,5º que en el acuerdo de Paris se había puesto como limite, ha quedado completamente desfasado, con una previsión si no se actúa de inmediato de hasta unos 3 grados Celsius para la próxima década. Con el consiguiente aumento del nivel del mar y la inundación de vastos territorios que a mediados de la presente centuria podría ser de hasta dos metros.

Hay que actuar de inmediato y reducir drásticamente la emisión de gases de efecto invernadero como el CO2 antes que el proceso devenga irreversible, y acabemos por eliminar el último vestigio de vida en el planeta y lo convirtamos en un gemelo de Marte; se nos pide desde el gran organismo internacional y parece que el mundo civilizado se ha puesto las pilas, por primera vez en toda la historia han fijado fecha, como es el 2050 para des carbonizar la economía de gran parte de los países del mundo. Con la excepción de los segregacionistas, como el brasileño Bolsonaro, o los Trumpistas de Estados Unidos, e incluso China, que reclama su derecho a contaminar unos años más, por el hecho que ellos empezaron mucho más tarde que los otros.

También se abre en todas las democracias el gran debate entre el ecologismo radical y el moderado, en el sentido que los primeros pretenden que los ciudadanos renunciemos a las comodidades que nos proporciona las tecnología, y aquellos otros más moderados que buscan mantenerlas e incluso ampliarlas, en base a nuevas fuentes de energía limpias y sostenibles. Y aquí amigos es donde está la clave del éxito, cuando la sociedad en general comprenda que para tener una economía sostenible, no és necesario, volver a los tiempos de antaño , donde nuestros campesinos araban en base a mulos o bueyes y nos desplazábamos a pié. Cuando hoy desde el gobierno de España, por ejemplo se propone dejar de utilizar combustibles fósiles en 2050, no quiere decir que debamos desplazarnos a pié por nuestras ciudades si no que lo podemos hacer utilizando vehículos eléctricos, que por aquel entonces será perfectamente asequibles económicamente para todo el mundo y totalmente eficientes en su rendimiento.

¿Porqué no debemos ampliar el aeropuerto del Prat, convirtiéndolo en un Hub Internacional, cuando ello representaría una base casi imprescindible para el desarrollo dentro del nuevo modelo económico de Cataluña? ¿Porqué  en lugar de oponernos a ello, no convencemos a nuestros financieros para que inviertan en la investigación de nuevos motores de hidrógeno o los de iones, para la aviación del futuro? Hay mucho camino para desarrollar y sin duda la oportunidad de negocio que representa la conversión a la economía verde es casi infinita para quien sepa aprovecharla. España a la que Unamuno definió con la expresión “Que inventen ellos”, ya perdió numerosas oportunidades en la primera revolución industrial para situarse a la cabeza del viejo continente. Esta vez no debemos dejar pasar la oportunidad y aprovechando que hoy tenemos al frente un gobierno de claro signo progresista, movilizar todas las entidades y corporaciones sociales para situarnos de nuevo en la cabeza de una UE como líder indiscutible de esta nueva economía.

El anterior gobierno derechista que presidió Mariano Rajoy, dejando aparte la corrupción en la que se encontraba inmerso, fue de claro signo negacionista en la cuestión del cambio climático, y aunque hoy sus descendientes hacen discursos más ecologistas que los de Greta Thumberg, no debemos olvidar que intentaron y de hecho consiguieron, mediante el llamado impuesto al sol, retrasar o mejor dicho paralizar, toda la inversión en investigación de la energía solar en España, llegando al punto que nosotros con una insolación anual muy superior a a la de Alemania, no producimos ni la mitad de la energía eléctrica que en Alemania se obtiene del Sol.

Por lo demás para favorecer a las eléctricas en manos de los grandes bancos españoles por cierto, además de suprimir cualquier vestigio de empresa pública en el sector, aceptaron a pies juntillas que la UE les hiciera un trato de favor a la hora de calcular el precio de su producto, cuestión que hoy día es extraordinariamente difícil de resolver por parte del actual gobierno de progreso. Sin pudor ninguno, los líderes derechistas se lanzan a la yugular de Pedro Sánchez exigiéndole que arregle el desaguisado que ellos promovieron y de forma inmediata, cuando es bien sabido que la única manera de conseguir una tarifa de la luz mucho más baja es a base de una larguísima negociación con los directivos de las compañías a fin que aceleren al máximo  el cierre de las centrales de ciclo combinado, e inviertan en la producción sostenible como la eólica y sobre todo la solar. Todo lo demás son chapuzas o cuestiones totalmente irrealizables, como la propuesta de la llamada izquierda pura de fijar los precios por decreto ley.


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