lunes, 20 de septiembre de 2010

LOS COSTES AÑADIDOS A LA SAGRADA FAMILIA


La máquina que perfora el subsuelo barcelonés, para la construcción del nuevo túnel ferroviario que ha de permitir, la comunicación por AVE entre las dos grandes estaciones barcelonesas; Sants y la Sagrera, sigue avanzando y parece ser que a finales de setiembre, ya estará a tocar de los cimientos de la Sagrada Familia.

Estos días los del patronato del Templo Expiatório, con Joan Rigol, expresidentes del Parlament de Catalunya, militante distinguido de Unió Democràtica de Catalunya, el partido que preside Duran i Lleida, y afín a la Obra de Escrivà de Balaguer, perdidas ya todas las posibilidades de detener incluso judicialmente la perforación, se dedican estos días a la instalación de pequeños artilugios, capaces de captar la más mínima vibración, duplicando ya los que se han instalado por parte de ADIF; seguramente con la intención de buscar tres pies gato y tener algún argumento que les permita convencer a un juez para que se digne a parar la obra.

La campaña en contra de la construcción de este túnel que han emprendido el dichoso patronato, estoy seguro que ha costado miles y miles de euros, en estudios que se han duplicado y triplicado por parte de técnicos venidos de todo el mundo y cuyo coste estamos sufragando todos los españoles con nuestros impuestos, para que al final hayan llegado a la conclusión, que las medidas de protección planteadas en el proyecto eran más que suficientes para que la estructura del templo no sufra menoscabo alguno.

Por si esto fuera poco, los patrones del templo, invitan para su consagración, nada más y nada menos que al Papa Benedicto XVI, un personaje ya de por si controvertido por su ideología y actuación, pero que además significa un dineral para los países que visita. La reciente visita al Reino Unido, se ha evaluado en unos 14 millones de Euros, y sobre las seis horas que pasara en Santiago de Compostela y las quince en Barcelona, el próximo mes de noviembre los organizadores y la instituciones estatales guardan un sepulcral silencio, seguramente para no soliviantar más a un personal que estos días ya anda muy revuelto con la crisis económica.

Puedo llegar a estar de acuerdo, aunque en el fondo, por mi calidad de ateo redomado me duela, que la condición de jefe de estado del pontífice, le da derecho a que el estado, del reino Unido la pasada semana, y en Noviembre el Español, se hagan cargo de su seguridad, de su alojamiento, etc.etc. Pero mis dudas viene, de si este señor las visitas a Santiago y Barcelona, las hace en calidad de jefe del estado Vaticano, o como líder supremo de una creencia religiosa y aquí amigos si que no puedo estar de acuerdo, en que yo ateo militante, deba pagar la estancia de este personaje, que sin el mínimo pudor ataca públicamente mi forma de pensar y me acusa de provocar la insolidaridad humana, las guerras y el hambre en el mundo, cuando el y sus acólitos, durante años y años, han amparado a los pederastas miembros de su comunidad en todo el mundo, no permitiendo que la justicia resarciera en parte a sus víctimas. Unos señores que al igual de la más sórdida mafia, han impuesto una omertá, incluso a las propias víctimas; ley del silencio que ha tardado siglos en romperse y no en todas partes, porqué en España, por el silencio que siguen manteniendo las víctimas, los clérigos pederastas, siguen gozando de una total impunidad.

Pero volviendo al tema del templo de Gaudí, ¿no creen Vds. que deberían ser los promotores quienes deberían correr con la cuenta de gastos del Papa? ¿No les parece que quien acaba acaparando el protagonismo, el Opus Dei, entidad de solvente y adinerada, no debería hacerse cargo de la factura?

Aunque, ahora que lo pienso, seria mejor no “meneallo” demasiado, no sea que nos pase como la última visita a Valencia, donde además de pagar lo que gastó Su Santidad, tuvimos que pagar las a Correa y sus muchachos.

Sea como sea, el templo de Gaudí, entre unos y otros nos está costando una verdadera expiación a todos los españoles; quizás fue por esto que el gran Arquitecto Modernista, en un momento de clarividencia le puso el calificativo de expiatorio, a esta iglesia.

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