La primera potencia mundial, guardián del
planeta, que fue atacado el 11 de septiembre del 2001, cuando suicidas de
Alqaeda estrellaron aviones contra la torres gemelas de Nueva York y el
Pentagono en Washington, y en consecuencia declaró la guerra al terror mundial,
adoleció de un grandísimo defecto como fue el pensarse que una guerra anti
terrorista se debía llevar a cabo siguiendo los cánones normales de cualquier
conflicto bélico, cuando ya de entrada se les advertía, que tal idea estaba
condenada al fracaso ya desde el primer día.
La invasión de Irak en 2003, y la
consiguiente caída de Sadam Hussein trajo
consigo la implantación del llamado Estado Islámico en la región con las
funestas consecuencias del todo conocidas no solo de la guerra en el propio
territorio, si no su expansión a nivel mundial, con ataques terroristas en
Londres, Madrid, Barcelona, París etc. Una alianza de fuerzas internacionales
que incluyó Rusia, consiguió derrotar, al menos en apariencia al Estado
Islámico en el terreno de Siria, Irak donde se había establecido, y digo que la
derrota fue solo aparente, pues en estos últimos días ha reaparecido el Estado
Islámico en Afganistán con una extrema virulencia de dolor y muerte, en el peor
momento cuando los ejércitos occidentales han decidido abandonar el país.
Estados Unidos se marcha de Afganistán
veinte años después de derrocar al régimen de los Talibanes, restituyéndoles el
poder y sin haber conseguido ninguno de los objetivos propuestos. Abandona un
país en cuyo subsuelo permanecen sin explotar números minerales raros,
imprescindibles para las nuevas tecnologías, cuestión que China, un país en
teoría comunista pero de mentalidad capitalista, al que poco le importa, el
respeto a los derechos humanos, ya se ha apresurado en en intentar aprovechar..
De hecho debemos decir que la derrota
estadounidense en la guerra contra el terror, nos entra de lleno en una nueva
era, donde todo va a cambiar, y donde cada potencia deberá procurarse sus
propios medios de defensa contra esta nueva forma de guerra, que significa el
terrorismo a escala mundial. Se acabó lo que USA era el policía del mundo, La
Unión Europea deberá invertir en nuevas tecnologías militares para hacer frente
a esta amenaza y garantizar el progreso de su sociedad,
Con respecto a Afganistán La UE deberá
desplegar todas sus artes diplomáticas, para conseguir una parte del pastel de
los metales raros que puedan ser la base del nuevo Afganistán que deberá
abandonar el cultivo del opio como principal fuente de riqueza, Así mismo debe
también replantearse su política en África, substituyendo la tradicional
política de explotación de sus recursos naturales, por otra de negociación y
pacto donde la riqueza que se extrae, repercuta en los pueblos que són sus
legítimos propietarios.
Si entramos en una nueva era, debemos
hacerlo plenamente rompiendo con las viejas costumbres del pasado, y que nos
han conducido siempre al desastre más absoluto, por otras donde la convivencia
humana sea el principal objetivo.
Los errores de estrategia de los Estados
Unidos,, principalmente en el período de gobierno de Donald Trump, han
conducido a esta derrota sin paliativos
y una de las primeras consecuencias que nos pueden traer, es sin duda alguna que
los fanáticos se envalentonen, se crezcan y compliquen mucho más conseguir un
estable período de paz en el mundo.
De todos y cada uno de nosotros depende y
particularmente de la Unión Europea, que es quien está llamada a substituir a
USA en el liderazgo mundial, que apostemos por una nueva manera de conducir
esta guerra contra el terror y el fanatismo, invirtiendo en servicios secretos
y alta diplomacia que permita subyugar a
los fanáticos no quizás con la fuerza de las armas, si no con el convencimiento
que les va ser imposible sobrevivir aislados del resto del mundo. Oigo estos
días que se está proponiendo la creación de una fuerza de choque Europea, de
unos 5.000 soldados para cubrir emergencias que hasta ahora la UE delegaba en
los USA, cuando estos han renunciado a ser los líderes planetarios.
Sin duda alguna empieza una nueva era,cuyo
principal objetivo es la lucha contra el terror y la defensa de los valores
democráticos, y en ello debemos poner todo nuestro empeño, en defensa de la
civilización, contra la barbarie, los grandes principios humanistas, de la
Libertad, la Igualdad y la Solidaridad devienen hoy más que nunca los valores
principales en esta nueva era que estamos en entrando a no ser que como
pretenden las grandes élites fomentando el resurgimiento del fascismo, vayamos
a un mundo bajo la llamada dictadura de los mercados quizás la forma en que
acabará presentándose el nuevo fascismo.
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