Oigo estos días, casi como un martilleo, pregonar que las listas abiertas,
son la gran solución a nuestro sistema democrático, pues según parece va a ser
el detonante que acabe con el predominio de los partidos políticos,
(responsables de la mayoría de los grandes males), en nuestro estado de
derecho.
Una primera reflexión, digamos que a bote pronto sobre el tema, se me
antoja que si en unos momentos donde mayoritariamente se echan en falta,
liderazgos potentes, la gran propuesta consiste en buscar que los políticos,
dejen de refugiarse en un partido para presentarse como líderes individuales,
aviados estamos.
En verdad amigos debo decir que por mucho que he pensado en ello en mi
cabeza sigue la confusión más absoluta pues, a pesar que algunos predicadores
de las grandes ventajas de la listas abiertas, son personajes que me inspiran
confianza, no acabo de ver en los argumentos que exponen, este sistema como
solución a los problemas institucionales que tenemos planteados.
Una de las grandes cuestiones que bulle en la calle, es el desprestigio de
la clase política en general, problema que en los últimos sondeos de opinión se
sitúa entre las principales preocupaciones de la sociedad española, justo detrás
del paro; pienso y creo que con razón que el concepto de clase política para
gran parte de ciudadanos, son las personas que se han presentado a unas
elecciones y ostentan un cargo en el gobierno o en la oposición; entonces surge
mi primera gran duda, ¿que va a diferenciar a estas personas de presentarse en
un régimen de listas abiertas o cerradas?
Como si de una moda se tratara y con el respaldo de buena parte de los
medios de comunicación, y opinadores profesionales cargar las tintas de la
antidemocracia sobre el sistema de partidos políticos ha devenido casi
imprescindible para obtener el reconocimiento ciudadano. Se dice que las
organizaciones políticas están sujetas a los dictados de unas oligarquías que
se han hecho con el control de los mismos y que estas imponen su ley por encima
de la voluntad de sus militantes; también se apunta que los militantes de base,
son una especie de borregos, que solo pretenden un enchufe que les solucione la
cuestión crematística de por vida.
No considero ciertas estas afirmaciones que día a día vemos reflejadas en
los medios, pues pienso que todo ello obedece a una campaña, favorecedora de
una singular coincidencia de intereses entre el anarquismo y la extrema
derecha, a la hora de fomentar un individualismo extremo, frente al colectivismo,
que en los últimos años y especialmente en Europa se ha venido practicando,
particularmente después de la II guerra mundial y que ha sido el responsable
del llamado estado del bienestar en el viejo continente.
¿No se practica la democracia interna en los partidos? Yo estoy en
condiciones de afirmar que en los de izquierda si, que cada nombre de los que
figura en una lista de candidatos a cargos públicos o internos del partido, ha
sido propuesto y votado por las distintas agrupaciones, y por los representantes
elegidos en los congresos en los Consejos Nacionales; con todo se proponen
además instaurar sistemas de elecciones primarias abiertas, con el fin que la
ciudadanía, vuelva a sentir próximos los partidos.
Si entendemos a los partidos políticos, como aglutinantes de personas que
comparten una misma ideología y seguimos creyendo que es a partir de un trabajo
colectivo de donde saldrán las estrategias para conseguir los fines propuestos;
deberíamos convenir que resulta si más no contradictorio, enfrentar a miembros
de una misma formación, públicamente, en un sistema de listas abiertas. Porque
amigos, no lo duden ni un momento, las listas abiertas representan, que cada
candidato, no debe competir con los adversarios ideológicos, si no con los de
la propia formación política.
No dudo que en estos tiempos estamos en plena revolución y que dentro de
poco, nada será igual a como había sido, incluido el tema de los liderazgos que
a mi entender deben pasar de individuales a colectivos, como una plena garantía
de permanencia, además de una indudable efectividad.
Para finalizar les recomiendo una lectura de mí articulo publicado el 18 de
octubre de 2010 en este mismo blog, sobre el concepto de liderazgo colectivo
y que podéis encontrar en el siguiente enlace:
y el magnífico articulo de Rafael Simancas sobre el tema de las listas
abiertas: