Hace ya un tiempo que vengo pensando que la estrategia independentista en Cataluña, pasa por arruinar la región hasta el punto que sea una carga tan fuerte para el Estado, con el fin que este considere que es mejor quitarse el lastre de encima para mantener el bienestar del resto.
Aunque parezca imposible que alguien pueda pensar semejante sandez, las actuaciones del independentismo, estos últimos años, hacen pensar que por ahí van los tiros y que en su locura, los hiper-ventilados independentistas nos inducen a cree que es bien cierto lo expuesto.
Más de 5.000 empresas han cambiado su sede social de Cataluña a otras regiones de España, En estos días, son varias las que ya desmantelan sus centros de trabajo en el Principado, para potenciar o abrir en otras partes de España, como es el caso de Pastas Gallo.
La inversión extranjera, está en el punto más bajo de la historia y en particular los japoneses de lo que tanto presumía el “poco honorable” Jordi Pujol, están largándose a toda velocidad como alma que lleva el diablo.
El pacto al que han llegado, ERC y JxCAT para conformar gobierno no augura nada bueno para los próximos cuatro años, cuando España se está preparando para recibir 140.000 millones de Euros para sentar las bases de un nuevo sistema económico, que nos proporcione una mayor estabilidad fuera del campo de la especulación, Los encargados de administrar la parte que le corresponda a Cataluña van a ser los de JxCat la derecha ultra nacionalista catalana, que le han ganado la partida a los cobardes de ERC, en las larguísimas negociaciones llevadas a cabo desde el 14F. No tienen plan ninguno consensuado con el gobierno español para canalizar de forma productiva el destino de estos caudales; solo les sigue guiando un objetivo como es el de aumentar la base social favorable a la independencia, e imponer esta de una forma u otra al estado español; por lo que es de suponer ya deben haber pensado la manera de canalizar los fondos europeos a tal fin.
El discurso de investidura de Pere Aragonés ha girado en torno a un eje principal, la culminación del procés y la vía escocesa para lograr la independencia. Y aunque pueda parecer que la adopción de esta vía, pueda representar una renuncia implícita a la via unilateral todos sabemos que la dependencia de ERC hacía JXCAT y su tradicional cobardía a a que le llamen botiflers, nos hace dudar muy mucho que antes de cuatro años, esto no acabe como el rosario de la aurora.
Pretender ignorar a la primera fuerza política en Cataluña después de las elecciones del 14F, estableciendo un cordón sanitario al PSC, es sin lugar a dudas una manifiesta voluntad de no pretender gobernar para la totalidad de los catalanes si no solo para la mitad independentista, por otra parte la renuncia de la que todos daban por vicepresidenta del gobierno Elsa Artadi de JuntsxCat junto con el inicial silencio de Puigdemont sobre el pacto de gobierno, y la posterior velada crítica sobre el pacto alcanzado, nos hace sospechar, que todo puede saltar por los aires el día menos pensado.
Por otro lado, y dado el desinterés de los no independentistas catalanes, por derrotar en las urnas a esta posición política, por cuanto por una razón u otra se quedan en casa en cuanto se vislumbra que pueda ser barrido del panorama electoral y la ambigua posición que sobre el tema adopta cierta izquierda autodenominada verdadera. Se nos viene a demostrar la imposibilidad de iniciar en Cataluña un serio programa de recuperación económica y de retorno a ser de nuevo el motor económico de España y uno de los de Europa, como ya se había sido en un pasado no muy lejano.
Muchos expertos pronostican una legislatura corta, como máximo le auguran un par de años, durante los cuales vamos a seguir en franca decadencia; espero y deseo que el pueblo catalán sepa ver su error en haber creído los cantos de sirena de una burguesía, muy corta de miras, que solo ha sabido mirar a su bolsillo como si fuera el de todo el país.
La pandemia se puede ver como una oportunidad de situarnos en un nuevo sistema económico propio del siglo XXI, sin embargo, por lo que hablan los dirigentes catalanes recientemente elegidos, parece que han optado por seguir situados en el siglo XIX..
No sé si nunca voy a poder ver levantar cabeza a Cataluña y verla de nuevo situada en la cabeza de la economía española, pero mucho me temo que lo que lamentablemente deberé ver, es a mis nietos buscarse la vida fuera pues en nuestro país, solo van a encontrar miseria. Ojalá me equivoque.