Somos muchos los que incluso habiendo nacido y viviendo en Cataluña nos cuesta entender la comparecencia de President de la Generalitat Quim Torra del pasado 29 de Enero, donde anunció en diferido unas elecciones al Parlament de Catalunya, sin concretar fecha alguna, y anteponiendo a las mismas la aprobación de los presupuestos de la Generalitat de Cataluña, después de tres años de continuas prórrogas. He de decir que me dejó totalmente anonadado, ver como un personaje, totalmente derrotado, que va a pasar a la historia como el peor presidente de la Generalitat desde 1931, como proclama el ínclito periodista Enric Juliana, se monta unos cambalaches de titiritero, para mantenerse unos días más en la poltrona.
¿De qué va a servir, aprobar unos presupuestos, que no podrá aplicar su
gobierno, ni tan solo ser controlados por la actual composición del Parlamento?
¿No sería más lógico, convocar elecciones primero y que el nuevo gobierno
surgido de los comicios, se encargue de elaborar unos presupuestos acordes con
su ideología?
Con toda seguridad estos presupuestos no van a servir para nada, o sea que
van a nacer muertos; a no ser que el maquiavélico Torra, haya mentido de nuevo
y su propuesta de convocar elecciones está lejos de sus intenciones, pensando
en agotar hasta el límite el plazo de la confirmación por parte del Tribunal
Supremo de la sentencia del TJSC que le inhabilita, por desobediencia, circunstancia
que de demorarse, como así ha sido hasta más allá del 23 de febrero, fecha en
que se levanta la inhabilitación a Artur Mas, permita a este personaje
substituirle si no de nombre si de hecho, en el cargo de primera autoridad de
Cataluña. Digo esto porque hay que tener en cuenta que aquí no solo se dirime
el que Torra pueda seguir o no al frente de la Generalitat de Catalunya, si no
el liderazgo del universo independentista que según todos los pronósticos
debería pasar a manos de ERC, y más ahora cuando este partido a optado, o al
menos lo parece, por la vertiente más realista de dejar aparcados por un tiempo
las cuestiones de la independencia catalana, hasta que una nueva crisis, les
permita reanudar de nuevo, contando con una más amplia base social, que no la
insuficiente del 47% que han tenido ahora en los mejores momento.
Estoy más que convencido, que el fanatismo que hasta hoy parece haber
imperado en la esfera independentista, está cediendo a pasos agigantados, cada
vez son menos los seguidores de la ANC y su presidenta Elisenda Paluzie, que
siguen predicando la desobediencia a ultranza; gran parte del electorado de la
post convergencia, se llame como se llame, gente perteneciente a la clase media
alta, reconocen el fracaso de las estrategias empleadas, y desean regresar a
las posiciones catalanistas que habían mantenido antaño, en donde la
independencia formaba parte de la utopía, que jamás se llegaría a alcanzar.
Puestos en esta tesitura y a pesar que en la dirección de ERC, sigue
habiendo un sector de fuertes convicciones independentistas, que encabeza Marta
Rovira desde el exilio, estoy más que convencido que acabarán cediendo de nuevo
el poder en el partido al sector más de izquierdas, proclive a dejar de lado la
cuestión nacionalista, a fin de poder alcanzar acuerdos con PSC y los Comuns,
devolviendo el eje del debate a la situación normal, derecha / izquierda, en
lugar de la confrontación entre el nacionalismo catalán y el nacionalismo
español, que en estos últimos tiempos
han ejercido con el evidente resultado de estrepitoso fracaso.
Todo ello a pesar de las manifestaciones de Oriol Junqueras en el sentido
que antes pactaría con el diablo que con el PSC, al que acusa de haberle
traicionado y fomentado que el siga en prisión. Aunque un servidor sigue
pensando que es agua de borrajas y que a la hora de la verdad va imponerse el
buen criterio y una coalición de la izquierda en Cataluña, al lado de un
gobierno progresista en España, puede ser la gran solución para encarrilar el
futuro de una España de corte federal.
El Federalismo podría ser el camino a explorar en estos próximos años un
espacio donde la izquierda catalana y española, se han encontrado y donde queda
por conseguir que los partidos de derechas, el PP en España y Junts x Cat en
Catalunya, al igual que sus homólogos europeos,
como la CPU alemana la Democracia Cristiana Austriaca, y un largo etc. acaben
aceptándolo como la gran solución de futuro, donde desde el respeto a la
diversidad se administra la igualdad de derechos.
¿ Torra Maquiavélico ? No llega ni a eso , es un juguete roto en manos de Puigdemont y los suyos , incluida Marta Rovira y hasta Oriol Junqueras , aunque estos sean de ERC. En cuanto al nombrado por usted el Federalismo , creo que ya le dije en otra ocasión que explique con detalle lo que usted considera Federalismo ; hay tantos federalismos diferentes como de paises Federales . La mal llamada Autonomía española es una forma mas de federalismo , así nos va . Saludos
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