El próximo 26 de mayo nos jugamos el presente y el futuro de nuestros hijos
y nietos en una doble elección a cual más importante, aunque de siempre los
españoles las hemos tendido a minusvalorar; Se trata de las elecciones
Municipales, y Autonómicas en muchas, aunque no todas, provincias de España
además de otras al Parlamento Europeo.
El pasado 28 de abril, los españoles con una participación masiva, que
llegó casi al 80%, definimos con claridad que ya estábamos hartos de corrupción,
y que no estábamos dispuestos a una regresión de más de cuarenta años, como la
que representa el ultra derechismo de VOX y depositamos mayoritariamente
nuestra confianza en el Partido Socialista Obrero Español, al ser esta la única
fuerza cuyas propuestas nos parecen factibles y razonables en el sentido de
mirar para la colectividad de todos los españoles y no sobre la de unas élites
minoritarias de privilegiados. Sin embargo al no tener una mayoría absoluta,
aunque a diferencia de la situación anterior, el PSOE ya no depende, si o si,
del independentismo catalán, si después del 26 de mayo no dispone de un buen
respaldo desde el poder autonómico y local,
es muy posible que se le pueda procurar inestabilidad desde estas
instancias, cuestión que convendrán conmigo sería totalmente perjudicial para
el sosiego que este país necesita para regresar de nuevo a la senda del
progreso y la prosperidad.
Debemos tener en cuenta que Pedro Sánchez tiene por delante importantes
retos que afrontar para situar a España en el siglo XXI, Un nuevo sistema económico
fuera de la especulación y de alto valor añadido que nos garantice empleo de
calidad; Poner en marcha una reforma constitucional que convierta el estado
español en un verdadero estado federal, garantizando la convivencia desde el
respeto a diversidad de todos los pueblos que lo componen; Devolver uno por uno
todos los derechos sociales que el PP nos arrebató con la excusa de la crisis
económica y convencer al empresariado español de la necesidad de adaptarse a
las exigencias de una nueva justicia social en el siglo XXI, donde la
explotación esté postergada definitivamente; resituar España en el lugar que le
corresponde en el liderazgo de la UE, procurando el avance de la misma hacia
una unión verdaderamente federal que le dé a este organismo supranacional, el
papel que le corresponde en este siglo XXI, como gran potencia que es.
Para ello es absolutamente necesario, que Pedro goce de un respaldo
suficiente y que se le garantice no tener ataques inesperados a la primera
ocasión. Si una mayoría de pueblos y ciudades de España, cuentan con gobiernos
locales y autonómicos socialistas, que le respalden en su acción de gobierno el
podrá dedicar su tiempo y esfuerzos a avanzar en los terrenos citados en el
párrafo anterior, por cuanto las exigencias que de los municipios y comunidades
que como es bien lógico se van a producir, solo van a ser en sentido
constructivo por lo que nadie le va a mover el terreno bajo sus pies. Por otro
lado una victoria indiscutible del socialismo en las elecciones municipales y
autonómicas, contribuirá enormemente a acallar la disidencia interna y resituar
a los barones díscolos en el rincón de la historia socialista de donde nunca
debieron salir.
Por lo que se refiere a las elecciones europeas, en estas horas bajas que
vive la institución, y cuando el ultranacionalismo populista acecha de nuevo en
muchos países claves de la UE se hace completamente necesario regresar a la
gran idea fundacional que partió de los principios federalistas que siempre han
inspirado a la socialdemocracia, y esto es solo posible de la mano del
socialismo democrático, auxiliado por una derecha moderadamente liberal como la
que representa hoy Macron en Francia, o la CDU de Merkel en Alemania; una
derecha capaz de abominar del nacionalismo a ultranza y aceptar el federalismo
como la forma organizativa que permite, la igualdad de derechos con respeto a
la diferencia, de cultura, lengua, etc.
El PSOE como partido socialdemócrata
hegemónico en la actual composición de gobierno en los países europeos, puede y
debe convertirse en el motor que haga resurgir de nuevo la socialdemocracia en
Francia, Alemania, Los países nórdicos, en Centro Europa, y en antiguo Benelux.
El ejemplo de lo sucedido en Portugal desde 2016, donde el Partido Socialista
liderado por Antón Costas consigue, mantenerse en el gobierno a través de
pactos y negociaciones con el Partido Comunista y El Bloco d’Esquerda, que
contribuyen a darle la estabilidad parlamentaria, y ahora lo que se configura
en España después del 28 de Abril, les sitúa como ejemplo y garantía de mover
la pesada maquinaria de la UE hacía una unión federal que nos dé, desde la
democracia, la dimensión suficiente para competir en un mundo de gigantes como
los USA , China y Rusia.
La alternativa a una Europa Unida democrática y con respeto a las
diferencias culturales idiomáticas etc. o sea una Europa Federal, es el regreso
al ultranacionalismo imperialista, al más puro estilo de lo que pretendió
Hitler en su tiempo, o a una atomización de pequeños países en disputa permanente
entre sí que al final van a ser absorbidos por las áreas de influencia de los
verdaderos protagonistas de la nueva economía del siglo XXI, los gigantes
Rusia, China, USA, etc.
Estas elecciones Europeas van a ser la clave de una u otra opción y el
socialismo español está más que nunca en condiciones de abanderar la
transformación de la UE y el avance definitivo, situando a Josep Borrell como
presidente de la Comisión Europea y a un socialista en la presidencia del
Parlamento.
Termino este articulo igual que lo empecé, llamándoles a Vds. a ir a votar
de nuevo el 26 de Mayo al PSOE, sin que nadie se quede en casa que no se pierda
ningún voto. En la garantía que si Pedro dispone de la tranquilidad suficiente
vamos a cambiar el negro futuro que nos auguraba Rajoy por una época de
floreciente, prosperidad y entendimiento, por favor hagámoslo posible, todo
está en nuestras manos.
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