domingo, 25 de mayo de 2014

LIBERTAD Y ESPECULACIÓN




Acabo de recibir junto con mi factura de suministro eléctrico, un folleto de la Cia Endesa, en donde se me indica, que desde el 1 de Abril, y de acuerdo con la nueva normativa del gobierno. Se establecen dos métodos de cálculo del precio de la electricidad que sustituyen a la anterior tarifa denominada del último recurso (TUR). El primero denominado Precio Voluntario para el pequeño consumidor (PVPC) es el precio que Red Eléctrica de España calcula para cada cliente en base a la variaciones al alza o a la baja de los precios del mercado eléctrico, atendiendo que esta variaciones dependen de diversos factores, como el clima, o la demanda de energía, aunque yo creo que olvidan, el principal como es la necesidad de aumentar sus beneficios, tanto de los productores como de los distribuidores. El segundo método, es que la compañía establezca un precio fijo anual, aunque si quiero acogerme a esta modalidad deberé solicitarlo expresamente, cuestión que no sucede con la anterior, donde ellos me sitúan automáticamente si no pido lo contrario.

Hasta hoy, yo no he admitido otra tarifa de la electricidad que la que regulaba el gobierno y cotejando con otros conocidos que habían adoptado la tarifa libre que las compañías promocionaban, siempre he constatado que he salido beneficiado, sin embargo ahora por lo que se me dice, el precio fijo tampoco estará sujeto a control gubernamental, por lo que ya no sé en estos momentos cual de los dos métodos me favorece más.

Todo ello me induce a pensar en varias cosas, la primera es que tratándose el suministro de electricidad de un bien público de primera necesidad, debería estar al alcance de todo el mundo y su precio fuera del circuito especulativo, como es el caso, por mucho que se quiera justificar con factores climáticos, u otras zarandajas, cuando todos los economistas nos cuentan que el precio de producción de la energía eléctrica lo fijan las cuatro grandes compañías productoras en función única y exclusivamente de sus intereses. En segundo lugar seguimos produciendo la energía en base a los costes más caros, como son los derivados del petróleo, producto que nuestro país debe importar, cuando somos de los lugares de Europa que disponemos de más horas de insolación al año, un producto que junto con el viento nos es facilitado gratuitamente por la naturaleza. ¿Porqué, en lugar en lugar de apoyar estos procesos de generación, el gobierno del PP no se le ha ocurrido otra cosa que, suprimir las ayudas para fomentarlo, que años ha y con visión de futuro se habían implementado? Creo que sencillamente el asunto pasa por el dejar de pensar en los ciudadanos y seguir favoreciendo a las grandes compañías petrolíferas internacionales, que no quieren perder la mínima cuota de mercado.

El neoliberalismo imperante hoy en buena parte de los países europeos, España incluida, intenta convencernos además, que estas políticas se practican en nombre de la libertad, y atacan todo lo que huela a intervención pública, tal que si fuera un camino abierto a la más feroz dictadura. Me pregunto: ¿Es libertad que unos pocos directivos de unas grandes compañías, se enriquezcan a costa de una especulación que acabamos pagando todos nosotros? ¿No tenemos bastante con la esclavitud a la que nos ha conducido la especulación inmobiliaria, cuando no hemos podido pagar la hipoteca, a partir del momento que ha reventado la economía de casino que unos pocos provocaron? ¿Se acuerdan cuando nos prometían libertad, cuando firmábamos, el crédito de un coche de gama media, o de un piso con cuatro habitaciones, en un lugar que llamaban de ensueño?

Todo ello me induce a pensar que la única libertad que ellos predican, es la libertad de mercado, por la que unos pocos, que además nadie ha elegido en democracia, manipulan a su antojo a unas mayorías, con el fin de conseguir enriquecerse sea la circunstancia que sea. O piensan Vds, que los Botin, Koplovitch, Florentinos, etc.., no siguen engrosando sus arcas  aún en épocas de crisis profunda. Si un empresario del sector ladrillo, que no era ni mucho menos de la escala de los mencionados, sino más bien, hace poco, cambiaba de mercedes cada vez que una de sus empresas entraba en concurso de acreedores, ya me dirán Vds. que no harán estós fenómenos de las finanzas.

¿No creen Vds, que se hace imprescindible un cambio radical en el sistema? ¿No creen Vds. que los únicos que nos pueden sacar de la crisis, somos nosotros mismos asumiendo responsabilidades que hasta hoy hemos puesto en manos de unos impresentables que solo miran por sus intereses personales?

No permitamos nunca más que la especulación, que no crea riqueza alguna, dirija nuestros destinos, devolvamos el poder real a los que nosotros elegimos democráticamente, y potenciemos que sean los trabajadores, quienes asuman responsabilidades en la gestión de las empresas en más medida incluso que los aportadores de capital. Que los bancos dejen de ser administrados en función de las acciones que poseen ciertos individuos o corporaciones y se abra la gestión directa a los depositantes.

Soy consciente que estas propuestas hoy parecen una utopía, pero amigos estoy muy seguro que si nos lo proponemos de verdad, en este siglo XXI lo conseguiremos “I have a dream”

domingo, 18 de mayo de 2014

LA DIALECTICA DE LOS PUÑOS Y LAS PISTOLAS


Que si esto ha de lograrse en algún caso por la violencia, no nos detengamos ante la violencia. Porque, ¿quién ha dicho –al hablar de "todo menos la violencia"– que la suprema jerarquía de los valores morales reside en la amabilidad? ¿Quién ha dicho que cuando insultan nuestros sentimientos, antes que reaccionar como hombres, estamos obligados a ser amables? Bien está, sí, la dialéctica como primer instrumento de comunicación. Pero no hay más dialéctica admisible que la dialéctica de los puños y de las pistolas cuando se ofende a la justicia o a la Patria.. (José Antonio Primo de Rivera 29 de octubre de 1933, en el Teatro de la Comedia de Madrid)

He querido titular y empezar este artículo, con el párrafo del discurso que el fascista español por excelencia, pronunció el día de la fundación del Partido Falange Española, porque creo que en él se condensa una buena parte de las doctrinas en las que la extrema derecha actual y el populismo tan en boga en estos tiempos, sigue creyendo fervorosamente.

Los falangistas de José Antonio, entonces se dedicaron a la provocación constante de la inestabilidad, buscando la crispación necesaria en base a atentados con resultado de muerte, en las calles de nuestras ciudades, al igual que lo hicieron los camisas pardas de Hitler en Alemania, y los camisas negras de Mussolini en Italia, buscando y consiguiendo en España, al final un golpe de estado militar, una cruel guerra civil y 40 años de una feroz dictadura, donde la única dialéctica imperante era, la que él pronosticaba en la fundación de su Partido.

Hoy en el siglo XXI, aunque los procedimientos son algo distintos, y la inestabilidad se consigue en base a recortes en los derechos sociales que los trabajadores creían bien consolidados y en pretender convencer al ciudadano que no es merecedor de estos derechos, el resultado que se pretende va a ser el mismo y al final lo más probable es que acabe degenerando en una violencia extrema.

Parece mentira que doscientos cincuenta años después de la revolución francesa, el mundo no haya sido capaz de estructurar un reparto equitativo de la riqueza generada y valorar al ser humano por lo que es y no por lo que posee y los tenedores de fortuna, sigan empeñados en aplastar con sus botas militares la cabeza de todos aquellos que intentan transformar una realidad a todas luces injusta.

En Cataluña algunos contemplamos estupefactos, como la derecha ha conseguido colar los peores recortes en la educación pública, situándola al borde de su desaparición real, como desde el gobierno autonómico, se desmantela una sanidad pública que había sido modelo en el mundo en beneficio de una sanidad privada a todas luces más cara e ineficaz, por el simple hecho de favorecer a unas mutuas de seguros, la mayoría de capital norteamericano; y todo ello sin que nadie, salvo unos pocos, se atrevan a levantar la voz porque una gran bandera “estelada” los aísla del mundo. ¿Qué pasará cuando la gran ráfaga del viento de la libertad, levante las banderas y los ciudadanos noten el engaño? Con toda seguridad el fascismo nos va a mostrar de nuevo su cara más terrible y la dialéctica de los puños y las pistolas, nos obligará a pagar con sufrimiento el nuevo gran paso adelante que la humanidad ha de hacer en este siglo.

Que nadie se quede en casa el próximo domingo día 25, acudamos todos a las urnas para frenar a estos impresentables, y dejarles a un lado, para que una nueva Europa de corte Federal, acabe sentando las bases de un futuro lleno de progreso y justicia social.