Artur Mas, en las elecciones
de 2010, cuando cual mesías salvador del pueblo de Cataluña, ganó las
elecciones substituyendo a un tripartito, liderado por el PSC, completamente
desgastado, por una crisis económica galopante y unas contradicciones internas,
debido a los problemas de identidad de una ERC, que se debatía por aquel
entonces, si su prioridad era la cuestión social o la identitaria; tan solo
cumplió uno de sus compromisos electorales, como fue el de la supresión del
impuesto de sucesiones que el tripartito había reformado, dejándolo solo
efectivo para el caso de los grandes patrimonios; medida de la que a Artur Mas,
le procuró el aplauso de las pocas grandes fortunas catalanas y el rechazo
unánime de gran parte de la población que veía como los ingresos que la
Generalitat dejaba de percibir por este concepto, repercutían directamente en
la Sanidad Pública, en la Enseñanza Pública y en las becas comedor. La salida a
Mas, le viene de la mano de diversas organizaciones afines a ERC y de esta
propia organización que con el relevo de liderazgo resuelve sus dudas apostando
claramente por la vertiente nacionalista independentista, cuyo máximo exponente
es el actual líder Oriol Junqueras.
La magna manifestación del
11 de setiembre de 2011, en la que CDC no regateó ningún esfuerzo
propagandístico para que fuera un éxito, Nunca habíamos visto un despliegue de
medios en la Tv autonómica y en una serie de diarios afines como la Vanguardia
promover una manifestación de claro signo independentista, como entonces; fue la
luz que vió la cúpula convergente, a la que el desprestigio que les procuraban
los recortes se unía la inmersión en el lodo de la corrupción derivada de los
casos Palau (Millet) e ITV (Oriol Pujol), para disimular sus vergüenzas,
exacerbando el patrioterismo de un pueblo catalán agobiado y apesadumbrado por
el peso de una crisis que devenía insoportable.
Tan convencido está Artur
Mas, de su papel mesiánico y de haber encontrado la manera de engañar al
pueblo, que después de despachar en una breve reunión de dos horas con Mariano
Rajoy, el tema del Pacto Fiscal, convoca nuevas elecciones autonómicas cuando
no ha cumplido aún el ecuador de la legislatura, con la pretensión que una
mayoría absoluta al igual de la que goza el presidente español, le permita. Aquí
empero comete su gran error, pues los catalanes se huelen el engaño y reducen
la representación de CiU en el parlamento de Cataluña en más de 15 escaños, en
beneficio de ERC; echando por tierra, los proyectos del President. A partir de este punto,
empieza una especie de "Sálvese quien pueda" mediático, intentado
esconder todas las miserias Convergentes detrás del patrioterismo y a fe mía
que lo consiguen, pues hoy en Cataluña, ya nadie habla del caso Millet ni de la
corrupción convergente si no de la gran cadena humana, que atravesará Catalunya
el próximo 11 de setiembre y nos confrontarnos unos con otros, por la cuestión
de la consulta y la independencia, hasta el punto que dentro del principal
partido de la oposición el PSC, parece no hay manera de alcanzar una posición
unitaria.
Mariano Rajoy que vive una
situación parecida, tanto a lo que a corrupción se refiere con los llamados
casos Bárcenas y Gürtel, como por el desgaste que sufre por sus incumplimientos
del programa electoral, quizás viendo el éxito de su homólogo catalán, pretende
también, excitando los ánimos patrioteros, obtener semejante resultado, así
tenemos que en el manido tema de Gibraltar y la defensa de los intereses de
unos pescadores, le permite no solo ocupar portadas que antes llenaba Bárcenas,
si no cargar contra los gobiernos socialistas, echándoles la culpa del
conflicto, al considerar una cesión indebida las políticas del mismo que
supusieron la reapertura de la verja, cerrada en el franquismo por los mismos
motivos que hoy inducen a Rajoy a esconder tras el patrioterismo sus miserias.
Por lo demás, siempre le queda en la recámara, la cuestión catalana y Dios no
quiera que acabe pasando a mayores, pues de estos patrioteros, como con los de
antaño, uno ya no se fía un pelo, pues no dudan en enfrentar a quien sea, hasta
las últimas consecuencias, con tal de salvar su propio pellejo.
Españoles, no permitamos que
Rajoy agazapado detrás de Gibraltar y Cataluña consiga lo que ha conseguido
Artur Mas, que hoy nadie hable de sus graves pecados. Pongámoslos de relieve
cada día por todos los medios a nuestro alcance y presionemos con todas
nuestras fuerzas hasta hacerle tambalear y caer del pedestal donde se encuentra
instalado.
Fantastic!
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