Cuando en 1982, el PSOE
gana las elecciones en base a un programa claramente socialdemócrata que pretendía
situar España en Europa, programa que en primerísimo lugar contemplaba la
necesidad de establecer un sistema público de enseñanza, hasta entonces prácticamente
inexistente, y de alta calidad, se encontró con la dificultad, de no disponer
de forma inmediata de las infraestructuras necesarias, así como tampoco de los
recursos humanos imprescindible para tejer la red de centros, que permitieran
escolarizar a toda la población de una forma rápida. Es así que con el fin de
paliar el problema se crea una formula de conciertos con la privada, con el fin
de, al menos provisionalmente, dar salida a la situación.
Ya desde buen principio y a
partir de la derecha más reaccionaria, por entonces en la oposición, con la
inspiración del lobby más interesado en la cuestión educativa, como es la
iglesia católica; se empezó con un discurso sutil pero pervertidor de la idea
original de un sistema de conciertos provisional hasta conseguir la red publica
suficiente para escolarizar a todos los niños y jóvenes españoles, por otro
donde se atribuía al concierto, una obligación del estado para con la libertad
de los padres de escoger entre distintos sistemas o ideologías en la enseñanza
de sus hijos.
En tiempos de bonanza
económica, el asunto pasa más o menos desapercibido, cuando además el lobby
católico distrae la ciudadanía con estériles debates sobre las clases de religión
en la escuela pública, o la necesidad imperiosa de que haya crucifijos en las
aulas, todo ello con el fin de consolidar por aquello de los hechos consumados,
taL y como hemos dicho antes, el sistema de conciertos que en un inicio era
provisional.
Como bien saben Vds. hoy ya
no estamos en época de bonanza económica, si no más bien todo lo contrario, y
para más INRI, la derecha reaccionaria ocupa una privilegiada posición de poder
en la UE y con mayoría absoluta en España, por lo que observen amigos, como en
lugar de recortar en los conciertos con la privada y potenciar al máximo la
enseñanza pública por lo que de garantía de futuro tiene para el país, todas
las reformas que se proponen son en la dirección contaria, en detrimento de la
enseñanza pública y el fomento del concierto con la privada.
Veamos amigos: A mi entender
el estado debe garantizar el derecho a la enseñanza libre, gratuita y de alta
calidad, desde criterios puramente científicos, sin que creencia alguna tenga
influencia sobre ella. Por lo demás, si bien es un derecho constitucionalmente
reconocido, el respeto a las creencias personales de cada uno, siempre y cuando
no atenten contra los derechos humanos más elementales; no veo yo una forma de
potenciación de la libertad, que el estado deba fomentar la enseñanza de una
confesión religiosa determinada.
¿Se imaginan Vds. que si en
lugar de estar gobernados por la derecha lo estuviéramos por una izquierda
consciente, que apostara por suprimir los convenios con la enseñanza privada en
todos aquellos lugares donde los centros públicos resulten suficientes para
atender a la población; la cantidad de dinero que se añadiría al que ya se
destina hoy a la enseñanza pública? Si echan cuentas, comprobaran que en
ninguna comunidad autónoma se habría hecho recorte alguno en el tema que nos
ocupa y que se seguiría con el tema de la sexta hora y las becas de comedor,
por lo demás las futuras generaciones saldrían quizás aún mejor preparadas.
Volviendo al tema de la
libertad en la elección de centro, no se vería afectada de ninguna de las
maneras y dependería solo de la voluntad de los patronos, principalmente la
iglesia católica; que como ya hiciera antaño, al menos de boquilla,
redistribuyera las aportaciones de los padres, con tal que una parte de alumnos
procedentes de familias con pocos recursos, pero devotas, accedieran al centro
sin coste alguno.
No todos los políticos, ni
todas las formaciones son iguales, ni tampoco vale decir que las ideologías han
muerto; y cada día estoy más convencido, que de esta crisis vamos a salir por
la izquierda o no saldremos; pues las soluciones que hasta hoy se nos proponen
no solo desde la derecha reaccionaria que nos gobierna en España si no de la
que gobierna mayoritariamente en Europa, está más que visto que solo nos van a
conducir al desastre más absoluto.
Claro que soy también muy
consciente, que la solución que propongo, no es muy bien vista desde los altos
estamentos de la jerarquía católica, ni tampoco desde los llamados poderes
fácticos que van a poner toda la carne en el asador para que esto no se lleve a
la práctica, pero ahí es donde las formaciones políticas de izquierda deben
demostrar su capacidad de liderazgo y de convencimiento de los ciudadanos.