De un tiempo a esta parte,
vengo recibiendo en mi correo electrónico, una serie de mensajes, donde se
atribuye a los políticos en general, la exclusiva responsabilidad sobre los
grandes males que asolan nuestro país, dejando caer de manera subliminal que si
ellos no existieran, todo se arreglaría por arte de magia.
Algunos de estos mensajes,
con datos absolutamente falsos, como aquel que dice que en España hay 456.000
políticos, frente a 156.000 en Alemania, pretenden al más puro estilo Goebbels,
que la mentira repetida 1000 veces acabe siendo verdad, para una mayoría de
incautos que en estos momentos de confusión han perdido el norte y su
desesperación les hace agarrarse al primer clavo que encuentran.
Muy lejos de mi, tratar de
esconder la responsabilidad e implicación de cargos políticos en el estado
actual de las cosas en un contexto de crisis económica, más lejos aún de no
querer reconocer la implicación de cargos públicos y electos, en graves casos
de corrupción, pero lo que si creo indispensable es evitar a toda costa la
generalización pues, ni “todos son iguales”,
ni tan solo una mayoría, pues de ser así, ni nuestro país, ni otros como
el nuestro, hubieran aguantado por más de 30 años un régimen de democracia
reconocido en el contexto internacional.
¿Quien pues está interesado
en el desprestigio de la política y de
las instituciones democráticas en general? Sin lugar a dudas aquellos con
oscuros intereses personales, no precisamente muy acordes con el interés general,
a los que la democracia representa una especie de espada de Damocles pendiente
sobre su cabeza, por el peligro constante que un íntegro personaje, el día
menos pensado saque sus trapos sucios al sol; como hace poco ha ocurrido, con
el magnate de la prensa sensacionalista Rupert Murdoch, si, si, aquel que
cuenta entre sus destacados asesores, al ilustre profesor de Georgetown, el
inefable español, José Maria Aznar Lopez.
Otros, como es el caso de
los grandes financieros mundiales, de hecho los principales responsables de la
actual crisis económica mundial, partidarios acérrimos de las desregulaciones y
de la abolición de todas las reglas en nombre de una mal llamada libertad de
mercado, que al parecer consiste, en que son ellos y solo ellos los que
disponen del libre albedrío de esclavizarnos a todos los demás; ven en el
actual sistema democrático una seria amenaza a sus perversos intereses, en
particular cuando no pueden evitar que grandes comunidades estructuradas bajo
los principios humanistas de la socialdemocracia, como es el caso de Europa
tras la segunda guerra mundial, demuestren que es posible el progreso con un
reparto equitativo de la riqueza; son estos también a quienes poco les importa
que los países estén dominados por regimenes autoritarios, que ellos acaban
controlando mucho más fácilmente.
Por todo esto, no es pues
casualidad que sea la extrema derecha europea, en España integrada dentro del
Partido Popular, quien se dedique a desprestigiar la política, practicando la
corrupción generalizada y lanzando el falso mensaje asociando corrupción y
política.
Les invito amigos en un
ejercicio de memoria histórica a repasar, textos del fascista español por
excelencia, José Antonio Primo de Rivera, y de sus sucesores, y se sorprenderán
de encontrar en ellos curiosas similitudes, por no decir directamente calcos,
con el espíritu de los mensajes que hoy inundan nuestras redes sociales y buena
parte de nuestros medios de comunicación de masas.
La estrategia parece que
les funciona, por cuanto están consiguiendo aumentar los índices de abstención
en todos los procesos electorales europeos, o bien canalizar el voto hacia
formaciones de corte nazi fascista, que empiezan a entrar, en algunos países
con capacidad decisoria, en muchos parlamentos.
No olvidemos amigos, que la
libertad de la que gozamos hoy en día y el estado del bienestar que en España,
y otros países del orbe, con la excusa de la crisis nos están desmontando con
inusitada rapidez, costó a los españoles, innumerables sacrificios conseguirlos
y que fue gracias a la política y los políticos, particularmente de izquierda,
que lo hicieron posible.
Para finalizar no olvidemos
tampoco el pensamiento del conservador británico Winston Churchill, cuando
decía que “La democracia es el menos malo de los sistemas de gobierno”
Permíteme un critica, pues me parece muy desacertado achacar comportamientos goebbelianos a quien difunde sin saber.
ResponderEliminarNo es lo mismo la ignorancia, que la manipulación consciente con premeditación y alevosia.
Además, creo que todos, incluso los que ponemos mucha atención en ser veraces en cuanto decimos, terminamos por dar credibilidad a veces a datos falsos, sólo porque refuerzan nuestras opiniones.
No me refiero a quien difunde engañado, si no al que redacta el mensaje, con toda la mala intención del mundo y muy consciente de usar una estratégia muy antigua. Por otra parte, y sin acusarles de gobelianos, si que alguna responsabilidad tiene el que ignora por difundir un engaño, pués al menos deberia enterarse de que fuente procede y si resulta ser anonima no difundirla aunque esté de acuerdo co ella. Al menos esto és lo que yo creo.
EliminarExcelente articulo Cosme,menos mal que alguien se da cuenta de esto...pululan muchos trolls por las redes sociales dedicados a esto y en realidad son la extrema derecha pura y dura al servicio de los intereses del Partido mal llamado popular.
ResponderEliminarSin salir de la red, uno puede consultar las paginas oficiales y averiguar cuantos politicos en activo hay en España.
ResponderEliminar350 en el Congreso
208 en el Senado
52 en el Parlamento europeo
1.268 en los parlamentos autonomicos
68.462 en los Ayuntamientos
En total 70.340 personas dedicadas a la politica, de los que unos 50.000 de los ayuntamiento no cobran ni un euro.
Hola Cosme,
ResponderEliminarPues sí, eso de los 450.000 es la mayor patraña que pudiera imaginarse y viene por vía indirecta de FAES. Si se quiere una buena fuente de información se puede ir a este post titulado ¿445.568 políticos? del Blog de Miguel Izu. Se trata de una meditación sobre las abundantes falsedades interesadas que circulan por la red, mails, medios de comunicación y todo los que sirva para difundir patrañas. Recomiendo su lectura por lo bien razonado y documentado de sus argumentos. Advierte como en esa cifra hay contabilizaciones dobles cuando no imposibles, sumas mal hechas, datos engañosos, abusos de conceptos, conserjes y señoras (o señores) de la limpieza haciendo de políticos, así como funcionarios, empleados de empresas públicas o de cámaras de comercio. Señala muy bien Miguel Izu como esa generosidad sumando engañosamente personal a la cifra de políticos desparece cuando hay que contar los de Francia o Alemania, allí para ser político las cosas cambian, el número de municipios mengua sospechosamente y los criterios se adaptan a las necesidades del libelo. Pero lo interesante de ese post es que se ha preocupado de dar cifras con mejor fundamento y acaba buscándoles las esquinas a las puramente inventadas por estos “mensajes tan burdos y tramposos como el de los 445.568 políticos”
Un saludo
Siempre fue muy peligroso meter a todos los políticos en el mismo saco. Casi siempre, con objeto de tirar la democracia al mar. Sigo tu blog con interés.
ResponderEliminar