La entrada de un nuevo año, acostumbra a ser el momento en que todos nos
deseamos ser más y mejor que el pasado y que todo lo malo quede olvidado y en
el futuro todo sean venturas.
En España hemos sobrevivido, este 2019, a una repetición electoral y quizás
a la más grave crisis política del siglo XXI, con un desafío separatista en
Cataluña y una izquierda que se autoproclama pura y que boicotea
sistemáticamente a la izquierda mayoritaria de este país.
El 2019, ha sido el año en que los españoles se han demostrado
mayoritariamente, amantes de la paz y la concordia, que huyen de los extremismos
de derecha y de izquierda y que confían en el socialismo democrático, como gran
solución de futuro, para encarrilar el país de nuevo en la senda del progreso y
la justicia social. También ha sido el año, en que los españoles hemos empezado
de verdad a dar carpetazo al franquismo, reafirmando nuestra voluntad
democrática y con la exhumación de Franco de Cuelgamuros, se ha iniciado un
camino sin vuelta atrás de abominación de los fascismos y dictaduras de todo
tipo; aunque el éxito sin precedentes de la extrema derecha de Vox en las
elecciones del 10 de noviembre, pueda simular lo contrario, estoy más que
seguro que va a ser flor de un día y que en sucesivos comicios la formación
ultraderechista va a quedar donde no debería de haber salido o sea la
irrelevancia.
2020, se presenta como un nuevo año cargado de ilusión, dentro de una UE,
que después de sus horas más bajas en 2019, con el tema del Bréxit, se muestra
dispuesta a remontar y profundizar en su avance hacia una Unión más fuerte en
base al federalismo. Cambios de caras en su staff, coincidiendo con el
resultado de las elecciones del pasado mes de Abril, van a dar nuevos aires i un
gran impulso a esta organización supra estatal que en poco tiempo evolucionará
hacia los Estados Unidos de Europa, abominando del nacionalismo disgregador que
por dos veces en el pasado siglo XX la condujo al desastre más absoluto.
En América Latina, donde la desigualdad ha campado a sus anchas, fruto de
las políticas económicas neoconservadoras que Donald Trump desde los USA ha
venido impulsando, han empezado a estallar las protestas, en particular en un
país como Chile donde después de una victoria electoral de las derechas, los
más desfavorecidos, se han hartado y no han encontrado otra solución que las
protestas violentas y el enfrentamiento como salida a sus reivindicaciones.
En Argentina, la violencia se ha contenido de momento, después que el peronismo
y la izquierda consiguieran imponerse en los últimos comicios y aunque la
situación de bajos salarios e inflación galopante sigue depauperando a las
clases trabajadoras, un atisbo de esperanza en una correcta gestión ha
contenido el estallido de las masas. El Peronismo se la juega si siguen con la
política practicada anteriormente, abocarán el país al desastre más absoluto.
Si a esto le añadimos las protestas en Francia, también de carácter
violento, en contra de las políticas neoliberales que intenta practicar Emanuel
Macrón, nos daremos cuenta que las clases populares de nuestro planeta, no
están dispuestas a quedar al margen de los beneficios del nuevo sistema
económico que la Revolución Digital está creando. No quieren seguir esclavos
del capitalismo salvaje que la Revolución Industrial, impuso en el siglo XIX, y
lo están dejando claro a todo el mundo y en especial a los poderosos del
planeta.
En el nuevo sistema económico y como ya hemos apuntado en otros artículos
de este mismo blog, el capital económico y el capital humano deben ser
equiparables en cuanto se refiere a la participación en la riqueza que se
genera. Hay que acabar con la desigualdad social y las causas que la generan y
esto deben entenderlo todos estos que a través del capital financiero y
especulando sin control alguno, están quedándose con la mayoría de beneficios.
Bien amigos, pasado mañana es uno de Enero y mi deseo para todos es que sea
el año, donde en todos los países del orbe las clases populares consigan sentar
las bases de un futuro donde sean bandera la justicia social y el reparto justo
de la riqueza que entre todos generamos.
Feliz 2020 a todos, amigos