Escribo estas líneas con el ánimo exaltado y la indignación aún a flor de
piel por la estulta acción que ha llevado a cabo PODEMOS y que impidió ayer que
España dispusiera hoy de un gobierno de progreso, liderado por Pedro Sanchez
Perez-Castejon, por lo que les ruego me disculpen si en el transcurso del mismo
se me escapa algún exabrupto.
No me podía caber en la cabeza, que el egoísmo de estos que vinieron a
regenerar la vieja política, fuera de tal dimensión que les llevara a perder la
capacidad de calibrar su situación en el panorama político nacional después de
las elecciones del 28 de Abril, donde los españoles dieron la victoria con 123
escaños al Partido Socialista Obrero Español. ¿Cómo es posible que la cuarta
fuerza del espectro político, pretenda administrar el 70% del presupuesto?
¿Cómo puede ser que hayan sido capaces de negarle el voto al socialismo cuando
este, haciendo de tripas corazón les ofreció una vicepresidencia y tres
ministerios de alta responsabilidad?
Hace cuatro años, en 2015, las elecciones municipales en Madrid dieron la
victoria a Manuela Carmena, de la coalición Podemos. El PSOE cuyos votos eran
imprescindibles para acceder a la alcaldía no dudo ni por un momento y facilitó
la investidura de Carmena sin pedir nada a cambio, ni tan solo un sitio en el
gobierno, solo para que las derechas no consiguieran los votos suficientes. En
mi ciudad Badalona, en estas misma elecciones sucedió algo parecido. El Partido
Popular se alzó con la victoria, 10 concejales, aunque no con la mayoría absoluta,
una coalición de fuerzas de izquierda, a la que Podemos prestaba su apoyo
consiguió 5 concejales, el PSC 4, ERC 3 y el equivalente a IU en Cataluña 2;
además Ciudadanos 1 y CiU 2. Podemos junto con ERC e IU, se coaligaron para
presentar batalla al PP y el PSC, aunque no le quisieron en el gobierno, no
dudó ni por un momento en dar sus votos para que no fuera alcalde el Partido
Popular. Como estos podríamos señalar un montón de casos en toda España que se
desarrollaron en el mismo sentido, tanto en el 2015, como después de las
elecciones del 2019 y es por todo ello, que se hace evidente hoy la gravísima
estupidez de un Partido que pretende ser de izquierdas y que ha perdido más de
un millón de votos en menos de 4 cuatro años, después de no haber permitido que
gobernara la izquierda en España en 2015, repita la misma acción y aboque al
país a nuevas elecciones.
Puedo llegar a entender que obviando su posición de evidente debilidad ante
el PSOE, pretendieran sacar el máximo rendimiento de sus votos imprescindibles,
y en consecuencia forzaran una negociación en base a un gobierno de coalición.
Ya me cuesta más entender que apuraran hasta más allá de los límites de lo
comprensible, sus exigencias sin casi ceder un ápice y centrándolo solo en los
cargos. Tampoco me entra en la cabeza la sinrazón de mantener una negociación
insultando constantemente al adversario, diciendo que se quiere entrar y
dominar el gobierno, porqué no se fían de él, cuando las urnas te han otorgado
solo el cuarto puesto en la cámara, con tan solo el 34% de los escaños de los
obtenidos por el que pretendes como socio, ni tildar las propuestas de este de
insultantes y vejatorias.
Pero lo que para mi raya la imbecilidad es que en último segundo desprecien
la propuesta socialista de 3 ministerios y una vicepresidencia de carácter
social como la que les ofrecía el PSOE y se abstengan en la votación provocando
que Pedro Sánchez no sea investido presidente del gobierno y abocando al país a
unas nuevas elecciones con el peligro que las tres derechas, acaben sumando.
Si Don Pablo no fuera un egocéntrico empedernido, en el último segundo
hubiera cambiado su voto de abstención por un voto a favor, para pasar después
a exigir a Pedro Sánchez un pacto de programa de gobierno y una comisión de
seguimiento del mismo, quedando como un señor en lugar del egoísta, mal
político e interesado desleal que se ha mostrado a la vista de todo el mundo.
Se me antoja algo que de siempre he intentado apartar de mi mente, como es
la idea que PODEMOS sigue las directrices de los poderes fácticos, para
conseguir que el PSOE renovado actual nunca presida un gobierno en España, y
que ya en la primera vez que Don Pablo vetó la presidencia a Pedro Sánchez
empecé a intuir; hoy por desgracia no tengo más remedio que confirmar mi
sospecha y apoyar a Pedro Sánchez en sus manifestaciones que se han acabado
cualquier trato con Podemos en lo que se refiere a gobierno de coalición.
Hoy Pedro ya no es candidato a la Presidencia del Gobierno y el encargo que
le hizo SM Felipe VI de intentar conformar un gobierno en España ha decaído,
por lo que si en dos meses y después de nuevas rondas de consultas no se
consigue un candidato y una configuración factible, se convocarán nuevas
elecciones para el 10 de Noviembre. A mi entender la única posibilidad que hay
de evitar nuevos comicios, sería, que el Partido Popular y Ciudadanos reconsiderara
su voto y optaran por la abstención para facilitar la investidura de Pedro
Sánchez, que con solo sus votos alcanzaría la investidura, o bien que PODEMOS
aceptara sin negociación ni contrapartida ninguna, votar a favor de la
investidura, del mismo modo que se ha hecho en Portugal y en Dinamarca.
Cualquier otra proposición está destinada al fracaso, dos veces cargándose un
posible gobierno presidido por Pedro Sánchez son demasiadas veces para seguir
confiando en unos irresponsables como son el grupo PODEMOS.
En un artículo de hace pocos días en este mismo blog, hablaba que PODEMOS
iba directo al suicidio, pero ahora pienso que además lo está haciendo al más
puro estilo talibán, con aquello de morir matando; lo que pasa sin embargo es
que el PSOE es mucho PSOE para él y si bien el estallido de su chaleco bomba
nos puede hacer algún daño, no va a acabar con nosotros de ninguna de las
maneras.
Entienda bien esto Sr. Don. Pablo Manuel, España no es Grecia ni el PSOE el
PASOK. Y también que los socialistas no somos tontos, Vds. ya no van a tener
una tercera ocasión para meter la pata, esta ha sido la última vez.