domingo, 27 de enero de 2019

JUSTICIA O VENGANZA


Me sorprende que en pleno siglo XXI, la llamada ley del Talion, siga interiorizada en las mentes de gran parte de la ciudadanía y de algunos dirigentes de los países que nos llamamos democráticos. Claro que si tenemos en cuenta que desde el código de Hamurabi en la antigua Asiria sobre el 1750 antes de Jesucristo, hasta el tratado Cesare Beccaria de 1764 después de Cristo, que fue el que vino a supera este tema, son un total de 3.514 años en que los principios jurídicos se han basado en la venganza.  Quizás sea que en nuestra memoria colectiva ha quedado grabado este concepto como fórmula de justicia, por lo que muchas veces criticamos sentencias judiciales, generalmente porque nos parecen benévolas, cuando en muchos casos los juristas han tenido en consideración una serie de condicionantes que sobre la base de la proporcionalidad han determinado una duración más o menos limitada de una pena de cárcel.

En España donde en estos días, el poder judicial está en entredicho, después de sentencias como la del la violación en grupo de la Manada, o del espantoso ridículo del Tribunal Supremo, en concreto de su Sala Segunda, cuyo presidente hizo retroceder una sentencia en contra de los bancos, por el tema de quien debe pagar los impuestos sobre actos jurídicos documentados, en la constitución de hipotecas, si el cliente o el banco, después que las entidades financieras ejercieran su posición de lobby; obligando a intervenir directamente el poder ejecutivo mediante decreto ley para salvaguardar los intereses de los consumidores. Cuando el tema de una reforma en profundidad de este tercer pilar del estado, que garantice su neutralidad, me parece muy conveniente que todos tengamos muy presente que Justicia y Venganza son dos términos del todo incompatibles y que la vuelta al ojo por ojo, solo nos va a llevar a ser un país de ciegos.

Una de las bases para que un departamento judicial pueda funcionar correctamente es la confianza del pueblo en la equidad de sus jueces y esto amigos es lo que se ha quebrado en nuestra democracia; hoy pocos son los que están convencidos de la neutralidad de los magistrados, cuando desde las altas esferas se han dado pruebas de todo lo contrario. Es pues necesario  que en la reforma de este estamento, que deberá tener lugar más pronto que tarde, se tenga como meta principal la recuperación de este preciado valor que es la confianza, con el fin que los ciudadanos podamos acudir tranquilamente a los juzgados, en la seguridad que la actuación de los juristas será del todo imparcial.

Hay quien propone, que sean los jueces quienes elijan de entre ellos, a sus dirigentes, en lugar que sea el Parlamento, como se hace hoy en día, Sin embargo a mí se me antoja no sea una buena solución por la esencia corporativista que este asunto conlleva, y aunque con ello se pretende evitar la injerencia del poder legislativo en el judicial, pienso que va a ser peor el remedio que la enfermedad. En las democracias de nuestro entorno, se ha optado generalmente por una solución mixta, en que una parte de los jueces del supremo, son elegidos, por los propios jueces, y otra por el Parlamento.

De la página Web del Consejo general del Poder Judicial en España, he extraído el siguiente párrafo que resume la idea general del porque fue creado:
El Consejo General del Poder Judicial es un órgano constitucional, colegiado, autónomo, integrado por jueces y otros juristas, que ejerce funciones de gobierno del Poder Judicial con la finalidad de garantizar la independencia de los jueces en el ejercicio de la función judicial frente a todos”.  

Estoy muy de acuerdo en este principio y de la imprescindible necesidad de que exista este consejo, pero. ¿No creen Vds. que se podría garantizar mejor la calidad y neutralidad de la institución si sus miembros fueran elegidos democráticamente por los ciudadanos? Y ¿que en el Parlamento se nombrara una comisión donde estuvieran representadas todas las formaciones políticas del arco parlamentario encargada de dirimir las responsabilidades que cualquier miembro del CGPJ pudiera incurrir? A mí me parece una solución más plural y equitativa, y no como es ahora, donde parece que la misión del CGPJ sea la de tapar las vergüenzas de los jueces en lugar de gobernarlos.

domingo, 20 de enero de 2019

UN DISCURSO DECEPCIONANTE



Han pasado 21 días desde el 30 de diciembre, en que Quim Torra, el presidente ecónomo de la Generalitat de Cataluña, pronunció su discurso de fin de año; tiempo que se me antoja suficiente para tener la calma necesaria a fin de no incurrir en estridencias, en el análisis del mismo, dicho esto me lanzo al ruedo.

Después de oír a Quim Torra, President de la Generalitat de Cataluña,  en su mensaje de año nuevo, me reafirmo en la tesis que va a ser imposible avanzar en una solución al tema de Cataluña y en la ingente tarea de recoser la fracturada sociedad catalana, mientras este señor siga presidiendo la máxima institución catalana, y el presidente del Parlament, Roger Torrent le jalee las gracias; haciendo ambos caso omiso a las recomendaciones que desde la cárcel de Lledoners les está haciendo el máximo mandatario de ERC, Oriol Junqueras, en el sentido que hay que apoyar en todo y por todo a Pedro Sánchez, aunque ello signifique aplazar sine die, la obtención de su máxima aspiración como es la independencia de Cataluña.

Sin ningún tipo de duda, desde una parte de ERC, se ha aceptado la realidad que la independencia catalana solo la apoya, un 47% y que de estos, muchos de ellos no están por la labor que el conflicto con el estado español, acabe degenerando en una situación de violencia, la vía eslovena vamos, como piensa el factótum principal desde Bruselas y su monaguillo presidiendo el Principado, que en el discurso de marras, no paró de mencionar una y cien veces, la gran mentira en que se basan últimamente, que un 80% de catalanes apoya un referéndum de autodeterminación, cuando la realidad es que los sondeos últimamente efectuados lo cifran en el 45% y que el resto estaría por una mejora del autogobierno en un sentido federal. En consecuencia la discrepancia y el abismo entre los dos grandes partidos independentistas, lejos de disminuir, se va profundizando a pasos agigantados con cada declaración que desde el PDECAT se hace en el sentido de persistir en el conflicto con el gobierno central y con el Estado. Así mismo y cada vez que Quim Torra abre el pico, se agiganta el abismo entre catalanes independentistas y no independentistas, que está  llegando a límites casi insoportables.

La experiencia del Reino Unido, con su referéndum sobre el Bréxit, del que hoy se arrepienten buena parte de británicos, nos hace dar cuenta, del terrible mal que puede causar una consulta de este tipo sin acuerdo previo y sobre un asunto del que no se concreta él como se va hacer, cuestión que ya hemos comentado en algún otro artículo de este mismo blog,  en vísperas de su salida de Europa, sin acuerdo validado por el Parlamento. La libra esterlina se devalúa día a día frente al euro, la economía en general retrocede y la posición de privilegio de la City londinense en el sistema financiero, se viene abajo por momentos además del peligro para cientos de miles de extranjeros, entre ellos una buena parte de españoles que residen y trabajan en la Gran Bretaña, que pueden ver vulnerados sus derechos laborales  al cambiar su estatus y ser considerados extranjeros, sin libre circulación, como hasta ahora venía garantizado por el tratado de Shenguen.

El Sr. Torra, me ha decepcionado, cuando ha perdido un gran oportunidad para dar marcha atrás en sus pretensiones independentistas ultramontanas y abrir el camino a un dialogo serio y constructivo con el estado español, dentro de la legalidad vigente; reconociendo sus errores  e intentando canalizar una situación de negociación autonómica que permita una mejora del sistema, en particular de la financiación y que de paso sirviera para la reconciliación de la sociedad catalana, superando el conflicto, sin vencedores ni vencidos, como le está ofreciendo el presidente Pedro Sánchez. Ya la perdió, el pasado 21 de diciembre, presentándole a Pedro Sánchez 21 condiciones para un dialogo a sabiendas que resultan inaceptables para el presidente español.

Con todo ha sido ejemplar la respuesta de Pedro Sánchez, reiterando su voluntad de dialogo dentro de la Constitución y las leyes y profundizar más en el estado de las Autonomías, incluyendo su financiación

Lamentablemente Quim Torra sigue optando por la confrontación, y ello solo puede conducir al pueblo catalán al desastre más absoluto, en particular cuando la extrema derecha está asomando también la cabeza en España; a no ser que en unas próximas elecciones autonómicas sea desplazado, si el independentismo pierde su mayoría absoluta. Quizás entonces, mediante un gobierno de coalición de izquierdas, se consiga el clima de tranquilidad necesario para avanzar hacia una solución definitiva del tema.

Sr.Torra háganos el favor de presentar su dimisión, previa disolución del Parlamento de Cataluña y convocatoria de nuevas elecciones. Hágase Vd. a un lado y permita que aquellos catalanes que aún conservan dos dedos de frente, puedan reconducir el imprescindible diálogo y entendimiento con el estado español, en unos momentos que quizás sean irrepetibles, en que desde el gobierno socialista las puertas se encuentran abiertas de par en par. Reconozca el gravísimo error que cometieron planteando una confrontación que llamaron DUI y que sabían perdida de antemano. Deje de querer llegar al final por el camino de la confrontación porqué solo va a obtener sangre sudor y lágrimas para un pueblo catalán que durante años ha buscado el progreso, el pacto y la concordia con los españoles. ¿No se da Vd. cuenta, del ridículo que ha hecho en su viaje a Estados Unidos? Váyase ya Sr. Torra y llévese el que le maneja, Carles Puigdemont,

domingo, 13 de enero de 2019

BASTA YA DE USAR CATALUÑA COMO TAPADERA



Empezó Jordi Pujol, envolviéndose en la senyera, para tapar sus líos en Banca Catalana, le siguió Artur Mas, cambiando la senyera por la estelada, con el fin de tapar la corrupción de su partido político CDC que ya sobresalía por todas partes. Puigdemont se echó al monte proclamando una “simbólica independencia” y su sucesor Quim Torra, un títere exaltado a más no poder, cumple rigurosamente con la consigna de mantener el conflicto y la confrontación, como forma que no se hable de otra cosa y el tema de la derecha nacionalista, metiendo mano en la caja que debería ser de todos, quede olvidado, no solo en la prensa y en los medios, si no de la memoria pública.

Sin embargo, el echarse al monte de Puigdemont, ha traído como consecuencia el despertar de otro monstruo, como es el ultranacionalismo español, que desde la muerte del dictador Franco, creímos, no despertaría jamás. Hoy de la mano de Vox, del Partido Popular y de Ciudadanos, se ha encontrado en él la perfecta excusa para tapar la peste de corrupción del Partido Popular, y de muchos activistas de la derecha española, que durante años han medrado en las esferas del gobierno, en beneficio de la única patria que ellos conocen y que es su cartera. Todos están luchando para que el conflicto con Cataluña permanezca, con el fin que el personal no se distraiga, no sea que por casualidad vuelva a poner al descubierto sus miserias.

Sin embargo lo más terrible es que los barones del PSOE, estos anacrónicos personajes que más parecen saldos del caciquismo de finales del XIX y primeros del XX, que propios del siglo XXI, Estos que fueron capaces de defenestrar a un Secretario General elegido por el voto directo de los militantes, con artimañas y manipulaciones que resultaron del todo indignantes a las bases del Partido, Estos mismos que si bien hoy siguen ocupando ciertos cargos de relevancia en la formación política, no es por otra cosa que la clemencia de Pedro Sánchez que por evitar un enfrentamiento cainita en la familia socialista, les ha permitido mantenerse en su puesto e incluso apoyarles. Hoy son capaces de apelar al ultranacionalismo español, alineándose con la derecha más extrema y corrupta del país, abogando por un imposible en democracia, como es la aplicación del artículo 155 de la Constitución española, preventivamente sin que se haya dado ninguna infracción de la  ley ni de la Carta Magna.

Es indignante, para la mayoría de la militancia socialista, contemplar hoy como aquellos que fueron capaces de abstenerse para darle el gobierno de España al corrupto PP que presidia Mariano Rajoy, aquellos que no han sabido reconocer que fueron derrotados, tanto ellos como sus tesis, abrumadoramente por una militancia que está más que harta de sus tejemanejes, sean hoy capaces de recriminar públicamente a su secretario general, sus intentos de dialogo, para solucionar un conflicto, que ya se ha demostrado irresoluble con los métodos de confrontación hasta hoy empleados. ¿Qué pretenden tapar con ello? ¿Quizás tapar su fracaso en las elecciones andaluzas, donde gran parte de su electorado, no fue a votar, para no tener que hacerlo por la ínclita Susana?

Todo parece indicar que los barones siguen negando la mayor, que ellos y sus tesis han perdido y en lugar de admitir que el fracaso en Andalucía se debió a que mucha gente no les perdona fueran capaces de cargarse a un Secretario General, para darle el gobierno a Mariano Rajoy, que una gran mayoría de militantes no les perdona que siguieran en sus cargos después de haber sido ampliamente derrotadas sus tesis, en unas primarias, demostrando su poco amor al socialismo y poniendo en evidencia su afán de protagonismo personal, o quizás mejor decir que no quieren perder sus privilegios.

Susana Díaz, debería presentar su dimisión si tuviera un mínimo de dignidad y vergüenza. Emiliano García Page i Javier Lamban después de lo dicho,  deberían haber sido cesados de inmediato, no solo por sus declaraciones propiamente dichas, si no por la perversa intención que se les adivina; como es la de no querer analizar correctamente la derrota andaluza y pretender pasar un falsedad como cierta.

Ya está bien de usar el tema catalán como tapadera, pues con ello lo único que se logra es enconar más el tema y favorecer a los extremistas de uno y otro lado del espectro político; y en la historia siempre se ha demostrado que los extremistas son siempre incontrolables y que en cuanto se empoderan no hay quien los quite de allí si no es a bofetadas.