Todo empezó con Miquel Iceta, y algunos incluso de su propio partido el
PSC, se rasgaron las vestiduras,cuando en una reflexión personal, el líder
catalán dijo que en caso de condena a los político presos, sería conveniente
que les fuera concedido el indulto, previa "solicitud de los condenados".
Estos días la ministra de interior i la delegada del Gobierno en Cataluña, se han manifestado en el mismo sentido y
de nuevo han saltado, en primer lugar la derecha rancia de nuestro país y
algunos militantes del propio partido socialista, que no han sabido adivinar
que detrás de esta medida lo único que se pretende es empezar una
reconciliación social que va a durar más de una generación hasta que se vean
los resultados tangibles.
Si partimos de la realidad innegable de una profunda fractura social en
Cataluña, por causa del denominado proceso independentista y que las dos partes
en conflicto, el nacionalismo catalán por un lado y el nacionalismo español por
otro, no pretenden solución amistosa que recomponga la deteriorada situación,
sino el enfrentamiento puro y duro del que salga un vencedor y un derrotado.
Aunque en realidad y a sabiendas que de este choque el perdedor sería el más
débil, seguramente el nacionalismo catalán, a lo mejor después de ser
humillados esperan conseguir la compasión de una parte al menos de la comunidad
internacional, que pudiera como mínimo mitigar la venganza del vencedor sobre
el vencido. Si aceptamos que una parte de las formaciones políticas en
Catalunya, encuadradas en la opción federalista, (PSC y Comuns), andan buscando
una solución no traumática y de buscar salida a través del Dialogo la
Negociación y el Pacto; deberíamos entender que la propuesta del indulto a los
actualmente encarcelados, y fugados “siempre que ellos lo soliciten”, podría
ser una buena base de partida para la obtención de clima necesario para que una
negociación tuviera lugar en condiciones.
En primer lugar, si después de la sentencia que habrá de promulgarse más
temprano que tarde, posterior al juicio que ya se ha anunciado oficialmente va
a tener lugar en Enero del próximo año, por los hechos del 1-O de 2017 y la
posterior media declaración de independencia que se produjo el 27-O, y digo
media, porque de hecho no llegó a consumarse, al no ser arriada en ningún momento
la bandera española, en los sitios oficiales, ni los estamentos de Catalunya
tomaron posesión de las instituciones regidas por el estado, Gobierno Militar,
Estaciones de Ferrocarril, Puertos y Aeropuertos, de hecho no fue más que una
declaración simbólica como todo lo que rodea a este proceso independentista,
que nunca acaba por materializar nada de verdad, y con el fin de echar el freno
en la escalada de confrontación y empezar un proceso de reconciliación social,
sería bueno a mi entender, crear un clima de sosiego y favorable al
entendimiento, evitando al máximo, penas de privación de libertad. De todos
modos, la solicitud de indulto sería una buena manera por parte los
independentistas hoy presos o fugados al extranjero, reconocieran, por primera
vez, que se equivocaron planteando la unilateralidad y el pretender conseguir
una cuestión que requiere amplios consensos, desde la imposición por parte de
una minoría; error que les llevo a infringir la ley democrática reconocida
internacionalmente como es la Constitución Española y la desobediencia al
Tribunal Constitucional encargado de velar por su cumplimiento.
Estas son las razones que me inducen a pedir fervientemente a la
ciudadanía, en general y a la de izquierda en particular que no caigan en la
trampa que la derecha española, de confundir la justicia con la venganza,
buscando la solución de este conflicto en el enfrentamiento puro y duro con el
adversario, tiende cada día y a través de los medios que le son afines,
desprestigiando a todo aquel que osa proponer caminos de concordia y de evitar
el agravamiento del conflicto, y que se resuelva con vencedores y vencidos,
donde vamos a perder la mayoría de catalanes y el resto de españoles, pues ya
saben Vds. que después de una batalla, lo que queda son cadáveres de uno y otro
bando, más unos daños materiales y espirituales, muy difíciles de resolver y
que precisan de larguísimos tiempos para subsanarse.
Estoy segurísimo que la mayoría de españoles, estamos por el entendimiento
y que el tema de poner estigma a un colectivo como es el catalán, como en otros
momentos lo fue del pueblo vasco, no es aceptado por la gente de buena fe.
Nuestro actual presidente Pedro Sánchez, nos marca el camino, ofreciendo
posibilidad de diálogo para corregir errores anteriores sobre el autogobierno
en las comunidades autónomas y en particular la de Cataluña, tengamos amplitud
de miras y no critiquemos a todos aquellos que buscan el entendimiento como és
el caso de los líderes del PSC, no juzguemos a la ligera sus estrategias, y
busquemos lo de positivo que de ellas se pueda deducir.