El imprevisible presidente de los Estados Unidos de América, Donald John
Trump ha puesto de nuevo en evidencia uno de sus principales objetivos y de los
poderes fácticos del planeta como es: La aniquilación de la Unión Europea, por
el peligro que les representa una organización supra-nacional, con capacidad
suficiente para disputarle a los USA su hegemonía en el mundo económico y
construida desde la democracia a través del dialogo la negociación y el pacto
entre ciudadanos libres de culturas muy diferentes, idiomas diversos y maneras
de ver la realidad también distintas, a los que les une un afán de progreso
colectivo, además de la voluntad inalterable de trabajar unidos en pro de la
justicia social.
Declarando que Europa es el enemigo principal de los Estados Unidos,
mientras el curioso personaje se lanzaba en brazos de Vladimir Putin,
provocando la irritación de su propio establishment, en particular sus
servicios secretos que sin dudarlo ni un momento se lanzaron a su yugular,
obligándole al día siguiente a matizar sus palabras, no ha pretendido otra cosa
que dar un golpe de efecto y cubrirse las espaldas, evitando que Rusia, se
coloque al lado de la UE, provocando una derrota estrepitosa, de los USA, en la
guerra comercial que han iniciado, contra Europa, China, Japón, etc. de
imprevisibles consecuencias.
No sé porqué pero, al ver la cordialidad que Trump ha manifestado con Putin
en su reunión de Helsinki, me ha venido a la cabeza el Pacto de No Agresión
Ribbentrop—Molotov, que firmaron los ministros de exteriores de Hitler y
Stalin, cinco días antes de empezar la segunda guerra mundial, mediante el cual
Hitler pretendía, evitar un frente en el este, mientras invadía la Europa
central y occidental. Todos sabemos cómo acabó este pacto cuando dos años más
tarde, en 1941 Alemania declaraba la guerra a Rusia.
Donald Trump y su “América First” ha llegado a la conclusión que Europa
durante años ha estado “robando” a Estados Unidos, y pretende combatir ésta
situación mediante una guerra comercial, que sin duda alguna va a tener
terribles consecuencias para la economía, y por tanto para los más débiles de
la sociedad de los USA y de UE; pero en realidad lo que Donald Trump teme, es
el poder de una Europa Federal, y claramente socialdemócrata, le resultaría un
serio competidor a su industria, al convertirse de facto en una potencia
económica de primer orden que si además cuenta con Rusia como aliado, se
situaría en primer lugar, y muy alejada de los Estados Unidos de América,
situación que en un mundo globalizado,
obligaría a los USA a cambiar su concepción individualista para repartir más
equitativamente la riqueza generada, con la consecuente disminución de
beneficios para las grandes élites.
No podemos negar la habilidad de estratega de Donald Trump, en su guerra
declarada, contra la UE, por un lado fomentando del Bréxit. Por otro lado,
fomentando los movimientos de extrema derecha, en Polonia, Austria, Hungría,
Italia que ya se han situado en el poder; y los partidos de extrema derecha en Francia
Bélgica, Holanda, la propia Alemania, e incluso en España y Grecia, con la
intención de ir creando un sentimiento euroescéptico, que otro descenso en la
producción y el consecuente aumento de la tasa de paro, puede situarlos en
primera línea de nuevo.
Por todo lo expuesto, no es que Europa sea el enemigo de los USA. Si no que
Donald Trump y las élites que lo apoyan los enemigos de Europa
La próxima primavera y coincidiendo con las elecciones municipales y
autonómicas en la mayor parte de España, se convocan elecciones al Parlamento
Europeo, y se hace totalmente necesario que la socialdemocracia, vuelva a situarse
en una posición preeminente, para poder afrontar los retos que se nos avecinan,
sin tener que recurrir a pedir más sacrificios a los sufridos asalariados y
pensionistas europeos, que ya han sudado sangre en estos últimos 10 años, y
esto, convendrán Vds conmigo solo puede hacerlo la socialdemocracia que ya supo
demostrar hace 73 años, su capacidad para levantar una devastada Europa,
respetando la equidad y la justicia social, al acabar la II Guerra Mundial.
Un nuevo retroceso de la socialdemocracia en el Parlamento Europeo y un
aumento de los llamados ultranacionalistas euroescépticos, significaría sin
lugar a dudas que Donald Trump, habría ganado una importante batalla, además
que los gobiernos que hoy ya están en el poder en la UE, de corte neoliberal y
neocon, como Ángela Merkel en Alemania, Macron en Francia. etc. etc. ven
respaldado su poder en estas elecciones, ya podemos prepararnos los asalariados
y pensionistas porqué de nuevo vamos a ser los paganos de los costes que esta
guerra comercial desencadenada por Donald Trump va a suponer para la UE. Por el
contrario amigos, si el PSE (Partido Socialista Europeo), sale reforzado, y es
capaz de influir decisivamente en la acción de gobierno de la UE, no solo les
auguro una victoria en esta guerra, sino que los costes de la misma no se
cargarán exclusivamente sobre las espaldas de los asalariados y pensionistas si
no que las élites capitalistas van a tener que contribuir generosamente.