En verdad debo
decirles amigos, que mi capacidad de sorpresa, ya está ampliamente superada,
ante los continuos casos de corrupción más o menos graves que afectan al
principal partido político del país, en el que buena parte de los españoles,
depositaron su confianza otorgándole la mayoría absoluta de escaños en las
cámaras que configuran el puntal legislativo de nuestra democracia.
Nadie puede decir que
se impusieron por la fuerza, pues las elecciones en que resultaron elegidos,
fueron acreditadas como plenamente dotadas de garantías democráticas. Si se
puede decir sin embargo que el resultado fue fruto de un engaño por cuanto lo
que los gobernantes han hecho durante su mandato, es totalmente lo contrario
que predicaron en su campaña electoral, cuestión que me hace plantear si
nuestra sacrosanta Constitución, surgida en un convulso tiempo denominado de la
Transición, adolece de unos defectos, que 36 años después de su refrendo por
amplia mayoría del pueblo español, debería ser reformada, adaptándola a las necesidades
de una democracia hoy mucho más madura y bien distinta de la que había en los
momentos de la proclamación. ¿No creen Vds. que debería habilitarse un
mecanismo en que la ciudadanía pueda impulsar la destitución del presidente del
gobierno, ante el caso de un flagrante incumplimiento del programa electoral?
No vale que me digan que ya existe la moción de censura, pues se trata de un
mecanismo del todo ineficaz cuando se da el caso de mayoría absoluta.
Otra cuestión que me
impulsa a reclamar un cambio en la carta magna, es el tema de los incontables
casos de corrupción que día a día esta saltando a la palestra y que afectan
mayoritariamente a elementos del Partido Popular, mientras esta formación
política con su presidente Mariano Rajoy a la cabeza, les manifiesta apoyo
incondicional. ¿No les pareció a Vds. del todo lamentable, el espectáculo que
dio el presidente extremeño, queriendo justificar lo injustificable, con todos
los ganapanes de su partido aclamándole?
¿No recuerdan las
imprecaciones de Mariano, cuando estaba en la oposición, que proclamaba que
quería para España un gobierno como el que ejercía Jaume Matas en Baleares, y
resultó ser un tramposo, enfangado en execrables corruptelas? ¿Han olvidado los
mensajitos de soporte, “Luis se fuerte”, dirigidos al ex tesorero chorizo ? Además
resulta que en los llamados papeles de Bárcenas, que día a día se van revelando
ciertos, uno de los nombres que aparecen con más asiduidad como perceptor de
sobresueldos, de la caja B es Don Mariano Rajoy. ¿No les parece que de existir
un mecanismo como el “impeatchman” de Estados Unidos o Gran Bretaña, ya hubiera
sido puesto en marcha para echarle con cajas destempladas?
Pero no lo duden
amigos, es seguramente la no existencia
de procedimiento alguno en este sentido, lo que permite que un “presunto
corrupto”, pillado casi con las manos en la masa, gallardee y chulee a los
ciudadanos, como ha hecho Monago.
La situación en
España ha llegado al límite y los ciudadanos se dan cuenta de ello, y a su
manera empiezan a buscar soluciones, ¿Cómo si no explicar el rápido ascenso de
Podemos, si no es en base al hartazgo de la gente con la clase política en
general?
¿Tan ciego está
Rajoy, que no se entera que no puede seguir amparando sus corruptos?
Al menos y desde que
en PSOE, se renovó la cúpula, parece que los aires han cambiado; cuando no se
dudó un instante en echar con cajas destempladas a un ex ministro por haber
usado la tarjeta opaca de Caja Madrid, y estos días se afirma sin duda ninguna
que si se imputa a Chavez y Griñan, por el tema de los ERES, van a ser
expulsados sin dilación ninguna. Si hay diferencias entre Socialistas y
Populares, a pesar de errores que se cometieron y aunque menos se siguen
cometiendo, pues, soy de los que les cuesta mucho entender, el extraño pacto
con el PP en el Congreso de los Diputados, para evitar la total transparencia
en el tema de los viajes.
Rajoy, pero también
Pedro Sánchez, deben entender que la confianza en la clase política es del todo
nula en este país y que de lo que se trata, es que sea el propio ciudadano,
quien pueda fiscalizar hasta el último euro de los caudales públicos que usan los
políticos. La confianza quizás se recupere con el tiempo pero de momento es del
todo imprescindible que todo lo que requiera ser financiado con dinero público
sea más transparente que el cristal y que todos y cada uno de los españoles
pueden tener acceso a la información detallada y clara sobre ello.
En resumen, que si
Rajoy montara un circo le crecerían los enanos, pero en lugar de plegar la
carpa, este la sigue manteniendo quizás hasta que los enanos le lleguen al
techo.
Estoy convencido que
de la actual crisis, la democracia en España y en el Mundo, va a salir
reforzada y la implicación de los ciudadanos en la política del día a día, lo
que en algunos círculos se viene llamando democracia participativa, va a
terminar imponiéndose; lo que me preocupa es si el camino hasta llegar a este
punto va a ser demasiado largo y penoso, cuando a la incapacidad de la derecha
actual para girar ciento ochenta grados el programa económico, se le suma la
poca vehemencia de la izquierda razonable en proponer y concretar los cambios
necesarios, mientras unos vendedores de humo intentan llevarse el gato al agua,
lanzando ideas imposibles, prometiendo paraísos a la vuelta de la esquina, a
una gente cada vez más ciega por la desesperación. Pero este és otro tema que
les prometo comentar en un próximo articulo.