domingo, 26 de diciembre de 2010

HARTOS DE RECORTES, SOLO NOS FALTABA EL GOBERNADOR


Don Francisco Fernández Ordóñez, gobernador del Banco de España, tiene la gran virtud de exasperar a muchos de nuestros conciudadanos, cuando al igual que un ultra liberal de convicción, nos ha felicitado las fiestas, insistiendo en la necesidad de que la crisis la acaben pagando las clases populares, mientras los principales responsables se van de rositas del gran marasmo.

En los días, previos a la Navidad, solo le oímos proclamar, como si de una letanía se tratara, la necesidad de poner en marcha a la mayor urgencia, el retraso en la edad de jubilación y el recorte de costes salariales, en pro de una mayor competitividad de nuestra mano de obra, como la gran e imprescindible panacea que solucionará los problemas económicos de nuestro país.

En primer lugar debo decir, que si bien todos entendemos necesaria una reforma del sistema de pensiones, que lo adapte a la nueva realidad demográfica de nuestro país, donde a medio plazo nos encontraremos con una pirámide de edad completamente invertida, donde van a ser más los perceptores que los cotizantes; nadie nos explica que efectos de las medidas propuestas, van a tener sobre los problemas inmediatos de productividad, déficit y deuda exterior, que al parecer, son los grandes desestabilizadores, según proclaman estos entes llamados mercados, a los que todos estamos sometidos.

En segundo lugar, si bien entendemos la necesidad de dotar de una mayor productividad a nuestra economía que nos permita ser competitivos a la hora de comerciar en el mercado internacional; no acabamos de comprender como se administran los esfuerzos que se nos exigen, desde el momento que no vemos por ninguna parte, reformas severas en el sector financiero, así como tampoco medidas que desde el sector público se destinen a la promoción de creación de nuevas empresas, con fundamentos distintos a los que hasta hoy han fracasado rotundamente, así como el impulso en nuevos sectores, que ayuden a compensar las extraordinarias pérdidas de puestos de trabajo, que el estallido de la especulativa burbuja inmobiliaria ha provocado.

Mucho me temo que Don Francisco Fernandez Ordoñez, y quizás algunos miembros del actual gobierno, así como la oposición de la derecha cavernícola de nuestro país, están convencidos que basta con el sacrificio de unos muchos trabajadores, para estabilizar los niveles macroeconómicos, y que luego alguna nueva burbuja, que sin lugar a dudas van a promover los mercados como dueños y señores del universo, nos va a crear un nuevo paraíso ficticio, donde volveremos a vivir unos pocos años, con la ilusión de ser ricos. Quizás Don Francisco debería decirnos que precisa de nuestros ahorros, para cubrir las pérdidas de las grandes instituciones bancarias, que de seguro irán aflorando a medida que se vean obligados a vender a precio bajo, las propiedades inmobiliarias que sobrevaloradas figuran en sus activos.

Quizás, ha llegado el momento que el gobierno español deje de plantearse el aplacar a los mercados como gran objetivo, a partir del momento que se demuestra que estos no se aplacan nunca, porque su gran objetivo sigue siendo el sacar provecho de una debilidad estructural de los estados que ellos mismos procuraron, especulando como locos sobre la deuda pública de los países europeos, con la intención de cargarse la UE, que al fin y al cabo es quien puede plantarles cara.

Quizás el pueblo español ha de decir basta, y no seguir tolerando recortes y más recortes en sus salarios y derechos sociales sin garantía alguna que las cosas van a cambiar; que si bien estamos dispuestos a los mayores sacrificios para reducir nuestro nivel de deuda pública, es solo para sacarla de manos de estos especuladores sin escrúpulos que nos vienen machacando, para no volver a caer nunca más en sus manos; y que a partir de una situación mínimamente saneada, vamos a construir un nuevo futuro basado en el esfuerzo colectivo y no en la pura simple individualidad de la especulación.

Quizás sea la hora, que alguien de verdad empiece a plantar cara a estos grandes depredadores, que desde sus despachos de Wall Street y la City, se atreven a jugar con el pan de millones de ciudadanos; quizás sea el momento que desde España se lidere la regeneración de la izquierda europea, la única formación ideológica que puede sacarnos del marasmo.

Quizás va siendo hora que el gobierno además de pedirnos sacrificios un día tras otro, nos cuente cual va ser el final de toda esta penosa historia y que ventajas vamos a sacar de ello, al menos para darnos moral y evitarnos la sensación que no sabe por donde anda.

lunes, 20 de diciembre de 2010

NO DEBEMOS INTENTAR AHOGAR LA REVOLUCIÓN


En otros artículos de este mismo blog, he apuntado mi convencimiento que la salida de la actual crisis económica, pasará ineludiblemente por una revolución cuyos principios fundamentales van a ser la base de una nueva era, donde si todo va bien, la justicia social y el reparto equitativo de la riqueza producida, imperaran sobre el egoísmo y la injusticia en que se han basado las relaciones económico-sociales en el siglo XX.

El avance tecnológico en general, y las comunicaciones en particular, han determinado una nueva forma de organización social, que remueve incluso sus fundamentos más ancestrales, como la familia. Hoy el concepto de familia como unidad básica de la sociedad ha casi desaparecido, después de un largo proceso, en que a partir de la industrialización en el siglo XIX, empezó a perder su capacidad de unidad de producción, y aunque en un principio, entre la clase burguesa se intentara mantener, en base al reparto de poder entre sus miembros; con el invento de la sociedad anónima y la exaltación del individualismo como gran valor, se le asestó el golpe definitivo en esta faceta. Por lo demás, la aceptación social de diversos tipos de familias, mono parentales, entre personas del mismo sexo, etc. y la popularización del rompimiento de la indisolubilidad matrimonial, creando situaciones casi incompatibles con la transmisión no fragmentada de los patrimonios entre padres e hijos, han acabado por extender el certificado de defunción a la familia como célula básica de la sociedad.

La reacción a esta realidad, como puede ser la iglesia católica, que pretende revalorizar la indisolubilidad del matrimonio, anatemizar la contraconcepción, e ilegalizar todo modelo de familia que no sea la unión de un hombre con una mujer; está condenada al fracaso más absoluto, cuestión fácilmente comprobable, cuando vemos día a día, como caen en saco roto todas las advertencias que los clérigos lanzan desde sus púlpitos.

Generalizando podemos intuir, que en el fondo la confrontación, sigue planteada en base a unos conceptos, no inventados ahora, si no que ya aparecieron a finales del siglo XVIII y primera mitad del XIX con la gran revolución industrial, como son el individualismo y el socialismo. El primero que considera a la persona como entidad y el segundo que valoriza la capacidad social del individuo

Hasta hoy y después de períodos virulentos, seguidos por otros de pactos más o menos duraderos, siempre ha acabado imperando el individualismo sobre el socialismo y en particular en los últimos treinta años, cuando el conservadurismo, decidió plantear batalla a una socialdemocracia, que no es otra cosa que materialización del pacto entre individualismo y socialismo que se produjo en Europa después de la II Guerra Mundial.

En estos días, inmersos como estamos en una espantosa crisis económica y de valores, parece que no nos queramos dar cuenta que se trata de las últimas andanadas del individualismo en contra del éxito alcanzado por la socialdemocracia europea, que tuvo su culminación con el establecimiento de la UE y su moneda única; unas andanadas que como nos descuidemos, pueden acabar siendo definitivas, en la destrucción de la única organización democrática, capaz de plantar cara a un poder fáctico nada democrático, como son los grandes especuladores de Wall Street.

Leo con gran preocupación estos días que entre la juventud de los países ricos de la Unión, se está instalando la idea que esta es una carga y que hay que buscar las soluciones a nivel individual antes que colectivamente. La izquierda Europea no debería permitirlo de ninguna de las maneras y debería luchar con todas sus fuerzas por la difusión de la idea contraria, advirtiendo eso si, que despojar del poder real a los especuladores que hoy día lo ostentan no va a ser cosa fácil y que va a exigir enormes sacrificios a toda una generación; pues no en vano va a requerir establecer un nuevo sistema financiero, basado en un control absoluto por parte de los gobiernos democráticamente elegidos, de todo tipo de operación que se efectúe, por pequeña que sea y cobrando altísimos porcentajes en impuestos en los beneficios obtenidos por el simple movimiento de capitales.

Los gobiernos de derechas actualmente en el poder, no parecen estar mucho por la labor, y de hecho podríamos decir que se dedican a entorpecer cualquier atisbo de solución en el sentido que exponía; esta actitud de oposición al cambio, no hace otra cosa que enquistar el problema y provocar que su solución se acabe adoptando por vías traumáticas, como sucedió en el antecedente más cercano en la historia, como fue el crac de 1929 i la II Guerra Mundial, diez años más tarde.

Por favor dejen de oponerse a la revolución!

lunes, 13 de diciembre de 2010

PRIMERO GRECIA, LUEGO IRLANDA,... ¿REACCIONARÀ EUROPA?

Un magnífico articulo, firmado por Lalo Agustina y publicado en el suplemento Dinero del periódico La Vanguardia de fecha 14 de noviembre de 2010, nos muestra los rostros de los diez personajes que a través de los famosos Hedge Funds, son quienes en realidad ostentan el verdadero poder sobre la vida i hacienda de todos los habitantes del planeta azul.

Ellos son quienes desde sus despachos, en Nueva York o la City londinenses, manejan los mercados a su antojo para sacar importantísimos beneficios, con la descapitalización y ruina de una ingente cantidad de ciudadanos, que ven, no solamente mermados el poder adquisitivo de sus exiguos salarios, si no que deben soportar con estoicidad los llamados recortes sociales, porque a estos señores se les ha ocurrido que el estado del bienestar es insostenible, seguramente porque da la posibilidad a los estados, de establecer métodos de control que a la larga les pueden impedir sus más que dudosas prácticas acumulativas de riqueza libres de todo impuesto.

Ellos son los responsables de las hipotecas subprime, que desencadenaron la crisis mundial que estamos viviendo. Uno de ellos, según el mencionado artículo, Lloyd Blankiféin alto directivo de Goldman Sachs, “ayudó” al anterior gobierno derechista de Grecia, a maquillar sus cuentas, para así engañar a los dirigentes de la UE, que no vieron la realidad hasta que fue demasiado tarde.

Estos “señores”, vienen apostando por la desintegración de la Unión Europea y su moneda única, a la que ven como un peligro futuro para sus privilegios, pues puede ser la demostración palpable que la socialdemocracia y el estado del bienestar, son perfectamente plausibles y de hecho la forma más justa del repartimiento de la riqueza.

Son ellos también quien en estos momentos, ostentan la titularidad de la mayoría de las deudas públicas y privadas de muchos países europeos, y por tanto los que fijan las tasas de interés que unos y otros deben pagar, en función de un supuesto riesgo de impago, que al fin y al cabo ellos mismos determinan. Por todo ello llevar a la bancarrota a una endeudada Irlanda, es tan fácil como no renegociar su deuda y exigir su pago inmediato, cuestión que ha a obligdo al BCE, a desembolsar 100 mil millones de euros, a fin de impedir que la caída arrastre toda la moneda única europea; como ya se tuvo que hacer en el caso de Grecia. Se amenaza también a Portugal, y se insinúa que luego seguirá España. ¿Dispondrá de suficientes recursos el BCE, para afrontar todos los ataques? O bien, ¿Estarán dispuestos los llamados países ricos de la UE a ayudar a sus hermanos pobres? He aquí el gran dilema.

Es del todo indudable y ellos lo saben, que a largo plazo en un mundo evolucionado, estos grandes “financieros” tienen perdida la partida, sin embargo también hay que pensar que están dispuestos a vender muy cara su piel y que el cambio no va a ser fácil, máxime cuando a través de los medios de comunicación, están en disposición de influir a su favor en el pensamiento de la sociedad, y disponen de la llave del crédito que hasta hoy ha representado el gran motor de la economía mundial. Como inicio de la gran revolución social, que nos debe entrar de lleno en una nueva era de prosperidad, justicia y equidad, deberíamos todos concienciarnos de los grandes sacrificios que deberemos acometer, para que las instituciones democráticas recuperen el poder que les fue secuestrado, entre otros, por estos 10 personajes.

En segundo lugar, hurgar en la izquierda a la búsqueda de liderazgos, que con palabras e ideas claras y convincentes, sepan dirigir al conjunto de ciudadanos hacia estos objetivos, siempre dentro de los espacios de libertad, huyendo de caudillajes y mesianismos, buscando las complicidades imprescindibles que les permitan alcanzar los volúmenes suficientes para plantar cara, con éxito, a los responsables de la situación actual.

Alguien podrá decirme que todo esto, sobre el papel resulta muy bonito, pero que de momento nada que nos pueda conducir a ello se vislumbra en el horizonte. Pero yo les digo amigos, que antes de finalizar la presente década, estoy completamente convencido, que los grandes cambios van a empezar a producirse de forma inexorable y que su más o menos violencia, solo va a depender de nuestra capacidad de regresar a valores como la solidaridad que hoy día, por la ideas neo conservadoras que imperan, nos parece periclitado.

martes, 7 de diciembre de 2010

NO HAY QUE TOLERAR CHANTAJES


El colectivo privilegiado de controladores aéreos con su movilización, ha puesto sobre la mesa una cuestión que cualquier gobierno que se precie, y el nuestro lo es, debe afrontar con toda celeridad y dureza posible como es la del corporativismo de ciertos colectivos, que se atreven a chantajear a un país entero como es el caso del sindicato USCA, que acoge al 97% de las personas dedicadas a la regulación del trafico aéreo en nuestro territorio.

El gobierno español no podía mostrar debilidad delante de un chantaje como el que se ha producido estos días, en que el tráfico aéreo adquiere una sobre dimensión, y la firmeza que ha demostrado, militarizando el sector y obligando a incorporarse al trabajo a los rebeldes, ahora bajo la jurisdicción militar los desobedientes se enfrenta a penas, no solo de despido si no de privación de libertad.

El comportamiento del colectivo de controladores ya desde hace tiempo ha venido deviniendo, sin eufemismo ninguno, mafioso; estos señores acabaron controlando la situación incluso regulando la incorporación de nuevos miembros, con el dominio sobre el único centro de enseñanza de esta profesión que existía en España; o sea que no en función de la demanda de plazas, si no tan solo en virtud del mantenimiento e incremento de los privilegios que gozan, no permitiendo una oferta superior de personal.

La historia reciente, nos presenta múltiples ejemplos de donde conduce la debilidad de los gobiernos con el corporativismo, y cuando este disfruta del poder real, como en el caso de la Rusia post soviética, donde incluso parece que la estructura del estado, no es más que un competidor dentro de la estructura mafiosa que parece imperar allí.

El gobierno Zapatero, con el decreto de estado de alarma ha actuado, correctamente en defensa de miles y miles de ciudadanos que se han visto perjudicados por un deliti flagrante cometido por unos impresentables que no merecen más que el desprecio de toda la sociedad española

Curiosamente, este colectivo negoció un convenio muy ventajoso a su favor, donde se incluía la jubilación con el 100% del salario a los 52 años, y unas suculentas tarifas para las horas extraordinarias, con el gobierno del Partido Popular; y digo curiosamente porque las manifestaciones de los líderes políticos del PP, en los días del suceso son extremadamente comprensivas con la posición de los controladores y altamente críticas, con un gobierno socialista que desde un tiempo a esta parte viene intentando por todos los medios legales paliar esta situación de privilegio; quitando el control de la escuela de controladores al sindicato corporativo USCA; regulando la realización de horas extraordinarias, e intentando acercar esta profesión a los estándares de la UE y otros países del mundo.

Aunque pensándolo bien, no resulta tan extraña la postura de los populares españoles si tenemos en cuenta que desde su llegada al banquillo de la oposición, no han hecho otra cosa que, contra viento y marea, intentar de provocar la caída del gobierno, aun en perjuicio de todos los españoles, como la difusión de falsos rumores, altamente perjudiciales para el conjunto de la sociedad, relativos a la solvencia del estado y las instituciones bancarias.

Oí en las primeras 24 hora del conflicto, una declaraciones a mi entender altamente sorprendentes de los líderes sindicales catalanes de UGT y CCOO, que si bien criticaban la postura de los chantajistas, también cargaban las tintas contra el gobierno considerando desmesurada la respuesta de la militarización y indicando un temor, a mi modo de ver totalmente infundado, que el gobierno aproveche la ocasión para recortar los derechos de los trabajadores en general.

Espero y deseo, que digan lo que digan, sindicatos y líderes de la oposición, el gobierno se mantenga firme, y acabe despidiendo a este atajo de impresentables y substituyéndolos por otro personal más correcto y solidario con el resto de los españoles, que ni mucho menos gozamos de sus prebendas.