Que la corrupción es un mal que no conoce fronteras, es una verdad como un templo, y que los partidos y formaciones políticas, se encuentran expuestos a que algunos miembros se dejen tentar por el brillo del vil metal, es innegable de todas todas. Sentadas estas premisas, ¿como puede defenderse las instituciones democráticas y sus células fundamentales como son los partidos de esta lacra? A mi entender solo existe una manera y es una rápida reacción de los aparatos del partido, expulsando a sus miembros deshonestos o sospechosos de deshonestidad, por aquello de la presunción de inocencia y poniendo a total disposición de la justicia la información de que se disponga para el esclarecimiento de los hechos.
Es lo que se ha hecho en el caso Pretoria, donde unos miembros del Partido Socialista de Cataluña, sospechosos de unos más que extraños tejemanejes inmobiliarios, fueron expulsados de la militancia, antes de las veinticuatro horas siguientes al estallido del escándalo. De la misma forma que actuó, Convergencia Democrática de Cataluña, en el mismo caso con dos de las figuras más relevantes y más próximas al anterior presidente de la Generalitat el Muy Honorable Jordi Pujol, que también tienen papel destacado en el asunto.
La Guardia Civil, comisionada por el juez instructor, para la investigación del caso, en los días siguientes solicitó información a diversos municipios del Área Metropolitana de la ciudad Condal, gobernados mayoritariamente por el PSC, en particular los de la Comarca del Barcelonés, donde se centraban el grueso de las operaciones de estos supuestos chorizos. Me consta que ninguno se hizo el reticente y sin excusa ni pretexto alguno, facilitaron con una rapidez ejemplar toda la documentación solicitada.
Se trata pues de una actuación admirable por parte de los partidos afectados, que debería preservar de cualquier tacha, el prestigio de las instituciones democráticas, aunque no se si por mala voluntad, muchos medios informativos, catalanes, sobre todo los de tendencia más derechista, se empeñen estos días en resaltar la militancia en el PSC, de algunos imputados, cuando por otro lado, a las dos figuras, ex convergentes, solo se dice su nombre obviando las siglas de la organización a la que pertenecian.
Otra manera de actuar se ha tenido en el caso del expolio del Palau de la Música, también conocido como caso Millet. Aquí curiosamente una serie de actuaciones, digamos si más no sorprendentes, donde la burguesía catalana ha sido muy salpicada por el lodo de la corrupción, se empieza por no detener preventivamente ni exigir fianza alguna, a los principales responsables Millet i Montull, que al fin i al cabo son confesos de un delito de robo con engaño, por una cantidad enorme de dinero, proveniente de subvenciones públicas a una institución cultural, como el Palau de la Música. Las investigaciones sumariales, involucran como beneficiarios, no solo a los confesos, si no a estas fundaciones tan en boga recientemente para la financiación de las formaciones políticas. En el caso que nos ocupa, Convergència i Unió, a través de su Fundación Trias Fargas, parece que ha recibido generosos donativos del Palau de la Música Catalana durante varios años, e incluso, el aventurero Ángel Colom, que termino endeudado hasta las cejas después del fracaso del Partido para la Independencia, a partir del momento en que abraza la fe Convergente se le abren de par en par la puertas del Palau, recibiendo un generoso donativo a fondo perdido, que le permite sufragar las deudas contraídas.
Hoy Duran i Lleida i Artur Mas, que deberían andar con la cabeza gacha y dando explicaciones a todo el mundo de estas irregularidades, se permiten el lujo de sermonear y dar lecciones de honradez, con el beneplácito de mayoría de los medios de comunicación, que de sus implicaciones en el asunto Millet, casi no mencionan.
En el caso Pretoria, los implicados del PSC, no tardaron ni veinticuatro horas en ser expulsados con todo el deshonor. Curiosamente en el caso Millet, no solo nadie ha sido cesado en CiU si no que además se niegan a dar públicas explicaciones, y alardean dando lecciones de honradez. Luego el personal se extraña, que la corrupción no tenga coste electoral a la derecha!!
Es lo que se ha hecho en el caso Pretoria, donde unos miembros del Partido Socialista de Cataluña, sospechosos de unos más que extraños tejemanejes inmobiliarios, fueron expulsados de la militancia, antes de las veinticuatro horas siguientes al estallido del escándalo. De la misma forma que actuó, Convergencia Democrática de Cataluña, en el mismo caso con dos de las figuras más relevantes y más próximas al anterior presidente de la Generalitat el Muy Honorable Jordi Pujol, que también tienen papel destacado en el asunto.
La Guardia Civil, comisionada por el juez instructor, para la investigación del caso, en los días siguientes solicitó información a diversos municipios del Área Metropolitana de la ciudad Condal, gobernados mayoritariamente por el PSC, en particular los de la Comarca del Barcelonés, donde se centraban el grueso de las operaciones de estos supuestos chorizos. Me consta que ninguno se hizo el reticente y sin excusa ni pretexto alguno, facilitaron con una rapidez ejemplar toda la documentación solicitada.
Se trata pues de una actuación admirable por parte de los partidos afectados, que debería preservar de cualquier tacha, el prestigio de las instituciones democráticas, aunque no se si por mala voluntad, muchos medios informativos, catalanes, sobre todo los de tendencia más derechista, se empeñen estos días en resaltar la militancia en el PSC, de algunos imputados, cuando por otro lado, a las dos figuras, ex convergentes, solo se dice su nombre obviando las siglas de la organización a la que pertenecian.
Otra manera de actuar se ha tenido en el caso del expolio del Palau de la Música, también conocido como caso Millet. Aquí curiosamente una serie de actuaciones, digamos si más no sorprendentes, donde la burguesía catalana ha sido muy salpicada por el lodo de la corrupción, se empieza por no detener preventivamente ni exigir fianza alguna, a los principales responsables Millet i Montull, que al fin i al cabo son confesos de un delito de robo con engaño, por una cantidad enorme de dinero, proveniente de subvenciones públicas a una institución cultural, como el Palau de la Música. Las investigaciones sumariales, involucran como beneficiarios, no solo a los confesos, si no a estas fundaciones tan en boga recientemente para la financiación de las formaciones políticas. En el caso que nos ocupa, Convergència i Unió, a través de su Fundación Trias Fargas, parece que ha recibido generosos donativos del Palau de la Música Catalana durante varios años, e incluso, el aventurero Ángel Colom, que termino endeudado hasta las cejas después del fracaso del Partido para la Independencia, a partir del momento en que abraza la fe Convergente se le abren de par en par la puertas del Palau, recibiendo un generoso donativo a fondo perdido, que le permite sufragar las deudas contraídas.
Hoy Duran i Lleida i Artur Mas, que deberían andar con la cabeza gacha y dando explicaciones a todo el mundo de estas irregularidades, se permiten el lujo de sermonear y dar lecciones de honradez, con el beneplácito de mayoría de los medios de comunicación, que de sus implicaciones en el asunto Millet, casi no mencionan.
En el caso Pretoria, los implicados del PSC, no tardaron ni veinticuatro horas en ser expulsados con todo el deshonor. Curiosamente en el caso Millet, no solo nadie ha sido cesado en CiU si no que además se niegan a dar públicas explicaciones, y alardean dando lecciones de honradez. Luego el personal se extraña, que la corrupción no tenga coste electoral a la derecha!!