De verdad os lo digo amigos, cuando empezó la actual crisis económica, hace casi dos años, pensé que seria el gran revulsivo, que nos haría comprender a los ciudadanos europeos, de la necesidad de un gran cambio en las estructuras más profundas del sistema, para configurar un nuevo orden donde la justicia social y un reparto equitativo de la riqueza que generamos, fuera la máxima universal en una nueva etapa de la historia que iniciábamos con el nuevo siglo.
Estaba convencido que el alto grado de cultura de una mayoría de componentes de la sociedad de nuestros días, seria un perfecto antídoto para evitar los errores que en un pasado más o menos reciente se incurrió, al producirse puntos de inflexión en los procesos transformadores de la sociedad mundial.
El miedo a la novedad fue el que indujo a nuestros abuelos, en los años treinta del siglo pasado, a un conflicto armado de proporciones gigantescas; cuando optaron por políticas ultraconservadoras y ultranacionalistas, en una mayoría de gobiernos europeos; en lugar de afrontar con decisión los cambios con unas políticas socialdemócratas que les hubieran permitido, iniciar un camino de progreso partiendo de una realidad mucho más sencilla de la que se tuvo que partir a partir de 1945, con una Europa totalmente destrozada y una sociedad altamente diezmada.
Cuando leí por primera vez la frase de San Bernardo, primer prior del monasterio de Claraval, en el departamento de Aube (Francia) diciendo: "La novedad es madre de la temeridad, hermana de la superstición e hija de la ligereza"; pensé que era muy propia de un clérigo nacido en 1091 y muerto en el 1153; pero ahora cuando leyendo entre líneas las exposiciones de los máximos mandatarios de la iglesia católica, y otras confesiones cristianas, además de una mayoría de clérigos musulmanes; donde la frase de Bernardo, se intuye como lo más presente, empiezo a preocuparme muy seriamente y mucho más cuando veo acongojado como los europeos, asustados por los cambios que la actual crisis económica nos impone, en lugar de afrontarlos y procurar sacar el mejor partido posible, nos refugiamos eligiendo gobernantes altamente conservadores, que no solamente nos demuestran su incapacidad de dar la vuelta a la tortilla, si no que vuelven a la senda y a las prácticas que han provocado el desastre. Con el peligro, al igual que sucedió hace 70 años, que el pueblo acabe por entregar el poder a los bárbaros, bien votándolos directamente como en Hungría y Italia o por la desidia, que hoy se llama desafección, como en Francia, Bélgica, Reino Unido y Alemania por poner un ejemplo.
¿Consideran Vds, lógico, que después de lo acontecido estos últimos tiempos, los especuladores sigan teniendo el poder de desestabilizar a un país como Grecia?
Por lo que respecta a España, todo aquel con dos dedos de frente, se ha dado cuenta, que lo que se nos vendió como “modélica” transición a la democracia, no fue tan modélica ni mucho menos, pues ha permitido que la ideología de extrema derecha haya encontrado refugio, nada menos que en el tercer poder del estado de derecho; y no solamente esto si no que en estos momentos osa, con enorme desfachatez aparecer, proclamándose defensora de los principios democráticos, acusando a un juez por haber intentado pasar cuentas del negro período de nuestra historia donde el fascismo fue el amo absoluto.
Empiezo a preocuparme, de verdad amigos, pues no le veo solución alguna al problema y mucho menos con unos políticos con un enorme poder en todo el planeta, que no están por la labor de los cambios altamente imprescindibles, más bien parecen interesados en persistir en los mismos errores que nos han conducido al desastre.
¿Como pueden hablar desde Estados Unidos y la UE de una tasa a los bancos, a fin de promover un fondo para rescatarles cuando vuelvan a entrar en pérdidas? ¿Porqué no se devuelve a los estados el poder de crear de nuevo una Banca Pública potente, y se limitan las fusiones entre entidades a fin de garantizar que nunca superen un tamaño que obligue a su rescate, como ha sucedido últimamente? ¿Porqué en España, seguimos manteniendo en el cargo de Gobernador del Banco de España, a una persona, que un día a tras otro se declara partidario de las políticas económicas, más neoconservadoras? ¿Qué está esperando el gobierno Zapatero, para invertir en promoción de nuevas empresas de la llamada economía social, como medida de fomento del empleo? ¿Porqué, se permiten los ataques de los especuladores mundiales a un país de la zona Euro como Grecia, y se ponen tantas reticencias en acudir en su ayuda?
No lo entiendo de verdad no lo entiendo, y quizás sea esto lo que más me preocupa.
Estaba convencido que el alto grado de cultura de una mayoría de componentes de la sociedad de nuestros días, seria un perfecto antídoto para evitar los errores que en un pasado más o menos reciente se incurrió, al producirse puntos de inflexión en los procesos transformadores de la sociedad mundial.
El miedo a la novedad fue el que indujo a nuestros abuelos, en los años treinta del siglo pasado, a un conflicto armado de proporciones gigantescas; cuando optaron por políticas ultraconservadoras y ultranacionalistas, en una mayoría de gobiernos europeos; en lugar de afrontar con decisión los cambios con unas políticas socialdemócratas que les hubieran permitido, iniciar un camino de progreso partiendo de una realidad mucho más sencilla de la que se tuvo que partir a partir de 1945, con una Europa totalmente destrozada y una sociedad altamente diezmada.
Cuando leí por primera vez la frase de San Bernardo, primer prior del monasterio de Claraval, en el departamento de Aube (Francia) diciendo: "La novedad es madre de la temeridad, hermana de la superstición e hija de la ligereza"; pensé que era muy propia de un clérigo nacido en 1091 y muerto en el 1153; pero ahora cuando leyendo entre líneas las exposiciones de los máximos mandatarios de la iglesia católica, y otras confesiones cristianas, además de una mayoría de clérigos musulmanes; donde la frase de Bernardo, se intuye como lo más presente, empiezo a preocuparme muy seriamente y mucho más cuando veo acongojado como los europeos, asustados por los cambios que la actual crisis económica nos impone, en lugar de afrontarlos y procurar sacar el mejor partido posible, nos refugiamos eligiendo gobernantes altamente conservadores, que no solamente nos demuestran su incapacidad de dar la vuelta a la tortilla, si no que vuelven a la senda y a las prácticas que han provocado el desastre. Con el peligro, al igual que sucedió hace 70 años, que el pueblo acabe por entregar el poder a los bárbaros, bien votándolos directamente como en Hungría y Italia o por la desidia, que hoy se llama desafección, como en Francia, Bélgica, Reino Unido y Alemania por poner un ejemplo.
¿Consideran Vds, lógico, que después de lo acontecido estos últimos tiempos, los especuladores sigan teniendo el poder de desestabilizar a un país como Grecia?
Por lo que respecta a España, todo aquel con dos dedos de frente, se ha dado cuenta, que lo que se nos vendió como “modélica” transición a la democracia, no fue tan modélica ni mucho menos, pues ha permitido que la ideología de extrema derecha haya encontrado refugio, nada menos que en el tercer poder del estado de derecho; y no solamente esto si no que en estos momentos osa, con enorme desfachatez aparecer, proclamándose defensora de los principios democráticos, acusando a un juez por haber intentado pasar cuentas del negro período de nuestra historia donde el fascismo fue el amo absoluto.
Empiezo a preocuparme, de verdad amigos, pues no le veo solución alguna al problema y mucho menos con unos políticos con un enorme poder en todo el planeta, que no están por la labor de los cambios altamente imprescindibles, más bien parecen interesados en persistir en los mismos errores que nos han conducido al desastre.
¿Como pueden hablar desde Estados Unidos y la UE de una tasa a los bancos, a fin de promover un fondo para rescatarles cuando vuelvan a entrar en pérdidas? ¿Porqué no se devuelve a los estados el poder de crear de nuevo una Banca Pública potente, y se limitan las fusiones entre entidades a fin de garantizar que nunca superen un tamaño que obligue a su rescate, como ha sucedido últimamente? ¿Porqué en España, seguimos manteniendo en el cargo de Gobernador del Banco de España, a una persona, que un día a tras otro se declara partidario de las políticas económicas, más neoconservadoras? ¿Qué está esperando el gobierno Zapatero, para invertir en promoción de nuevas empresas de la llamada economía social, como medida de fomento del empleo? ¿Porqué, se permiten los ataques de los especuladores mundiales a un país de la zona Euro como Grecia, y se ponen tantas reticencias en acudir en su ayuda?
No lo entiendo de verdad no lo entiendo, y quizás sea esto lo que más me preocupa.