Aunque las elecciones generales, pillen muy lejos, (aún falta mucho para el 2012), y el Partido Socialista Obrero Español considere estar en condiciones de dar la vuelta a la tortilla, a la igualada en la intención de voto que el primer partido de la oposición ha conseguido mantener desde las últimas elecciones generales. No debería olvidar el papel que resultó decisivo para su victoria en el 2008, como fue el gran resultado obtenido en Cataluña por el PSC.
Las encuestas y sondeos que se publican en los diarios catalanes estos días, señalan un preocupante descenso en la intención de voto al PSC, así como un descalabro en Esquerra Republicana, y una espectacular subida de la derecha nacionalista de CiU, que la sitúa al borde de la mayoría absoluta, hasta el punto que tomando como base la parte más baja de la horquilla atribuida, le bastarían los votos de un diezmado Partido Popular de Cataluña para, gobernar con tranquilidad.
Si estos resultados se hiciesen efectivos el próximo otoño, cuando deben convocarse las elecciones autonómicas en Cataluña, el gobierno Zapatero, haría bien en poner sus barbas a remojar, pues seria ni más ni menos que el preludio del descalabro y una nueva victoria del PP, no por cuatro años, si no por algunos más.
Es bien sabido que una parte del PSOE añora los tiempos gloriosos de Felipe González como presidente del gobierno, que en sus épocas de debilidad parlamentaria, contaba, con el soporte casi incondicional de CiU, que presidida por un Jordi Pujol, gobernaba si rival alguno en la Generalitat de Cataluña. Estos nostálgicos, por lo que se ve, con gran influencia en las altas esferas socialistas, no se dan cuenta que la escora hacia la derecha del nacionalismo catalán, altamente influenciada por la Unió Democrática que preside Duran i Lleida, y la deriva hacia el soberanismo, a la que le abocan Artur Mas y su círculo más próximo, la hace muy distinta a la que resueltamente apoyó los últimos gobiernos del PSOE.
Por si queda alguna duda, en la mente de algún experto asesor del gobierno, solo tienen que ver la alineación de CiU junto al PP de Don Mariano y de Esperanza Aguirre, votando, a favor de una moción, que pretende subrepticiamente, tumbar los presupuestos del presente año; además de mostrar una clarísima sintonía con las fórmulas de los neoliberales, de Don Mariano, para salir de la crisis, abaratamiento del despido, reducción de los gastos sociales, bajada de impuestos a los más ricos y regresar a las fórmulas de especulación y precariedad en la creación de nuevos empleos.
A todos estos nostálgicos socialistas, habría que hacerles entender, que las viejas fórmulas ya no son de aplicación hoy en día, y que si bien en el 1982, también el país se encontraba, en una situación de crisis, con un paro desbocado de más del 20% y unas bases económicas totalmente obsoletas; se disponía de unos recursos, como la devaluación de la moneda, o de unas ayudas directas a través de los fondos de cohesión, que nos permitieron salir a flote, corrigiendo la negatividad de los índices económicos; además que en la coalición de Convergencia y Unió, el neoliberalismo de los democratacristianos de Unió Democrática, tenía muy poca influencia frente a un sentimiento socialdemócrata muy impregnado en los nacionalistas de Convergencia, en aquellos tiempos.
Ya se que alguien me dirá que la política, es precisamente el arte de hacer posible aquello que parece imposible, pero el más simple pragmatismo, que a mi entender es también una gran virtud en todo político que se precie, deberá convenir que cuando resulta que solo una ínfima minoría de militantes convergentes protesta cuando se tilda a esta formación como de derechas y además su discurso, en la vertiente económica es calcado al del Partido Popular, que estas dos formaciones se respalden mutuamente, tanto en Cataluña como en el gobierno del estado, en caso que se necesiten.
Si alguien en el gobierno Zapatero, está convencido, que si CiU gobierna en la Generalitat de Cataluña, podrá gozar del apoyo de esta formación hasta el fin de la legislatura, se equivoca profundamente, pues lo que intentaran de todas pasadas, es provocar la caída del gobierno, anticipar unas elecciones donde aprovechando el tirón de su victoria en Cataluña, obtener el mínimo indispensable de diputados para darle el gobierno al PP de Don Mariano, sin dudarlo ni un momento.
Déjense de veleidades señores del PSOE, piensen un poco con la cabeza y pongan toda la carne en el asador, para que los socialistas catalanes saquen un muy buen resultado en el parlamento autonómico, pues en caso contario, prepárense para cruzar un largo desierto en la oposición, mientras la derecha infumable que representa el PP destroza el país a sus anchas.
Las encuestas y sondeos que se publican en los diarios catalanes estos días, señalan un preocupante descenso en la intención de voto al PSC, así como un descalabro en Esquerra Republicana, y una espectacular subida de la derecha nacionalista de CiU, que la sitúa al borde de la mayoría absoluta, hasta el punto que tomando como base la parte más baja de la horquilla atribuida, le bastarían los votos de un diezmado Partido Popular de Cataluña para, gobernar con tranquilidad.
Si estos resultados se hiciesen efectivos el próximo otoño, cuando deben convocarse las elecciones autonómicas en Cataluña, el gobierno Zapatero, haría bien en poner sus barbas a remojar, pues seria ni más ni menos que el preludio del descalabro y una nueva victoria del PP, no por cuatro años, si no por algunos más.
Es bien sabido que una parte del PSOE añora los tiempos gloriosos de Felipe González como presidente del gobierno, que en sus épocas de debilidad parlamentaria, contaba, con el soporte casi incondicional de CiU, que presidida por un Jordi Pujol, gobernaba si rival alguno en la Generalitat de Cataluña. Estos nostálgicos, por lo que se ve, con gran influencia en las altas esferas socialistas, no se dan cuenta que la escora hacia la derecha del nacionalismo catalán, altamente influenciada por la Unió Democrática que preside Duran i Lleida, y la deriva hacia el soberanismo, a la que le abocan Artur Mas y su círculo más próximo, la hace muy distinta a la que resueltamente apoyó los últimos gobiernos del PSOE.
Por si queda alguna duda, en la mente de algún experto asesor del gobierno, solo tienen que ver la alineación de CiU junto al PP de Don Mariano y de Esperanza Aguirre, votando, a favor de una moción, que pretende subrepticiamente, tumbar los presupuestos del presente año; además de mostrar una clarísima sintonía con las fórmulas de los neoliberales, de Don Mariano, para salir de la crisis, abaratamiento del despido, reducción de los gastos sociales, bajada de impuestos a los más ricos y regresar a las fórmulas de especulación y precariedad en la creación de nuevos empleos.
A todos estos nostálgicos socialistas, habría que hacerles entender, que las viejas fórmulas ya no son de aplicación hoy en día, y que si bien en el 1982, también el país se encontraba, en una situación de crisis, con un paro desbocado de más del 20% y unas bases económicas totalmente obsoletas; se disponía de unos recursos, como la devaluación de la moneda, o de unas ayudas directas a través de los fondos de cohesión, que nos permitieron salir a flote, corrigiendo la negatividad de los índices económicos; además que en la coalición de Convergencia y Unió, el neoliberalismo de los democratacristianos de Unió Democrática, tenía muy poca influencia frente a un sentimiento socialdemócrata muy impregnado en los nacionalistas de Convergencia, en aquellos tiempos.
Ya se que alguien me dirá que la política, es precisamente el arte de hacer posible aquello que parece imposible, pero el más simple pragmatismo, que a mi entender es también una gran virtud en todo político que se precie, deberá convenir que cuando resulta que solo una ínfima minoría de militantes convergentes protesta cuando se tilda a esta formación como de derechas y además su discurso, en la vertiente económica es calcado al del Partido Popular, que estas dos formaciones se respalden mutuamente, tanto en Cataluña como en el gobierno del estado, en caso que se necesiten.
Si alguien en el gobierno Zapatero, está convencido, que si CiU gobierna en la Generalitat de Cataluña, podrá gozar del apoyo de esta formación hasta el fin de la legislatura, se equivoca profundamente, pues lo que intentaran de todas pasadas, es provocar la caída del gobierno, anticipar unas elecciones donde aprovechando el tirón de su victoria en Cataluña, obtener el mínimo indispensable de diputados para darle el gobierno al PP de Don Mariano, sin dudarlo ni un momento.
Déjense de veleidades señores del PSOE, piensen un poco con la cabeza y pongan toda la carne en el asador, para que los socialistas catalanes saquen un muy buen resultado en el parlamento autonómico, pues en caso contario, prepárense para cruzar un largo desierto en la oposición, mientras la derecha infumable que representa el PP destroza el país a sus anchas.