Parece que desde la derecha, más recalcitrante de Europa y sus medios de comunicación, en estos últimos tiempos, han redoblado sus ataques para conseguir el desprestigio del gobierno socialista español, presidido por José Luis Rodriguez Zapatero. No les importa siquiera que la marca España, acabe perjudicada gravemente, con tal que el PSOE, no pueda apuntarse la medalla, de haber sabido conducir la nave, en un momento de temporal y salir airoso, con pocos daños, en su tripulación y en la estructura de la nave.
No han dudado ni un solo momento en aliarse, con los grandes especuladores trasatlánticos, altamente interesados en hundir el Euro, para aprovechar la debilidad de uno de los miembros de la comunidad, y meter España en el mismo saco, consiguiendo perturbar, durante unos días, solo uno o dos días, el mercado nacional de la bolsa. Ha bastado tan solo, una visita de Ana Salgado al Reino Unido, y dar cuatro explicaciones de lo que ya era evidente al Financial Times, para que todo vuelva a la normalidad más absoluta.
Que la situación de la economía española no tiene nada que ver con la griega, lo ve hasta un miope de 100 dioptrías, sin gafas ni lentes de contacto, aquí nos sacudimos la derecha del poder unos cuantos años antes del gran crack del 2008, en Wall Street, y su tiempo de mandato fue mucho menor que el que ha tenido en el país heleno. Donde instauraron la corrupción y la economía sumergida, como base fundamental. Aquí por fortuna el favor a la gran especulación inmobiliaria, que promovió el PP, pudo ser atajado a tiempo en cuanto el PSOE, llegó al poder y aunque no se estuvo a tiempo a arreglarlo de manera suave, si podemos decir que de entrada no fue a más
No se me olvidará en la vida las caras de enorme satisfacción de Don Mariano y su camarilla, los días en que el Ibex-35, caía con inusitada rapidez, como consecuencia del pánico ficticio sobre la solvencia de la deuda pública española. Seguro que ya se veía camino de la Moncloa, después que se hubieran convocado elecciones anticipadas, como reconocimiento a la imposibilidad de Rodriguez Zapatero, de comandar la salida de la crisis económica. Fue un claro ejemplo de su política, “Cuanto Peor Mejor”, que tan buen resultado dio a su antecesor en 1996, aunque resultó claramente nefasta para los intereses de los ciudadanos españoles.
Ahora, le ha tocado el turno al inefable Josemari, que emulando a su íntimo amigo Berlusconi, tiene la desfachatez de enviar un gesto obsceno a los estudiantes que le abucheaban, no insultaban, llamándole fascista. Digo que Aznar no se puede considerar insultado, por el hecho que de sus artículos, y manifestaciones públicas, en muchísimas ocasiones, es fácilmente deducible sus enorme simpatías, por esta causa del “fascio”, en la además militó en su juventud, cuando se encuadraba en la filas de Falange Española.
Nadie del Partido Popular, se ha atrevido a recriminarle su gesto, algunos hasta lo han justificado, lo que viene a representar una aprobación de los cuadros de la derecha española, hacia, esta política populista, muy alejada de la seriedad que debería imperar en la clase política en unos momentos, donde las dificultades económicas de muchos de los ciudadanos, están a la orden del día.
Por lo que se ve, Aznar no se da cuenta que España, tampoco es Italia, donde el prestigio y consideración de la izquierda está por los suelos y el populismo de un títere, sospechoso de relaciones con el submundo de la mafia, ha adquirido un gran predicamento, más por no tener contrincante que otra cosa. En nuestro país, el discurso de la izquierda que encarna el PSOE, con sus errores y sus aciertos, ha calado profundamente en la sociedad, que a pesar del desgaste que gobernar en tiempos de dificultades comporta, sigue manteniendo un notabilísimo apoyo de los ciudadanos, según reflejan todas las encuestas. El gesto chulesco de Aznar, jaleado seguramente por los descerebrados de la ultra derecha, va a tener graves consecuencias para la derecha española, pues la aleja de la moderación y la seriedad que en unos momentos, le acabaron dando el poder.
Estamos a un paso de empezar un lento pero seguro remonte de nuestra economía; y esto pone nerviosos a Rajoy y sus muchachos, que temen perder buena parte de los apoyos, si antes del 2012, se consolida la recuperación, con Zapatero i el equipo del PSOE, en el timón de la nave; cuestión que les hace dar palos de ciego, buscando lo que nunca van a conseguir la caída del gobierno Zapatero, lo más pronto posible.
No han dudado ni un solo momento en aliarse, con los grandes especuladores trasatlánticos, altamente interesados en hundir el Euro, para aprovechar la debilidad de uno de los miembros de la comunidad, y meter España en el mismo saco, consiguiendo perturbar, durante unos días, solo uno o dos días, el mercado nacional de la bolsa. Ha bastado tan solo, una visita de Ana Salgado al Reino Unido, y dar cuatro explicaciones de lo que ya era evidente al Financial Times, para que todo vuelva a la normalidad más absoluta.
Que la situación de la economía española no tiene nada que ver con la griega, lo ve hasta un miope de 100 dioptrías, sin gafas ni lentes de contacto, aquí nos sacudimos la derecha del poder unos cuantos años antes del gran crack del 2008, en Wall Street, y su tiempo de mandato fue mucho menor que el que ha tenido en el país heleno. Donde instauraron la corrupción y la economía sumergida, como base fundamental. Aquí por fortuna el favor a la gran especulación inmobiliaria, que promovió el PP, pudo ser atajado a tiempo en cuanto el PSOE, llegó al poder y aunque no se estuvo a tiempo a arreglarlo de manera suave, si podemos decir que de entrada no fue a más
No se me olvidará en la vida las caras de enorme satisfacción de Don Mariano y su camarilla, los días en que el Ibex-35, caía con inusitada rapidez, como consecuencia del pánico ficticio sobre la solvencia de la deuda pública española. Seguro que ya se veía camino de la Moncloa, después que se hubieran convocado elecciones anticipadas, como reconocimiento a la imposibilidad de Rodriguez Zapatero, de comandar la salida de la crisis económica. Fue un claro ejemplo de su política, “Cuanto Peor Mejor”, que tan buen resultado dio a su antecesor en 1996, aunque resultó claramente nefasta para los intereses de los ciudadanos españoles.
Ahora, le ha tocado el turno al inefable Josemari, que emulando a su íntimo amigo Berlusconi, tiene la desfachatez de enviar un gesto obsceno a los estudiantes que le abucheaban, no insultaban, llamándole fascista. Digo que Aznar no se puede considerar insultado, por el hecho que de sus artículos, y manifestaciones públicas, en muchísimas ocasiones, es fácilmente deducible sus enorme simpatías, por esta causa del “fascio”, en la además militó en su juventud, cuando se encuadraba en la filas de Falange Española.
Nadie del Partido Popular, se ha atrevido a recriminarle su gesto, algunos hasta lo han justificado, lo que viene a representar una aprobación de los cuadros de la derecha española, hacia, esta política populista, muy alejada de la seriedad que debería imperar en la clase política en unos momentos, donde las dificultades económicas de muchos de los ciudadanos, están a la orden del día.
Por lo que se ve, Aznar no se da cuenta que España, tampoco es Italia, donde el prestigio y consideración de la izquierda está por los suelos y el populismo de un títere, sospechoso de relaciones con el submundo de la mafia, ha adquirido un gran predicamento, más por no tener contrincante que otra cosa. En nuestro país, el discurso de la izquierda que encarna el PSOE, con sus errores y sus aciertos, ha calado profundamente en la sociedad, que a pesar del desgaste que gobernar en tiempos de dificultades comporta, sigue manteniendo un notabilísimo apoyo de los ciudadanos, según reflejan todas las encuestas. El gesto chulesco de Aznar, jaleado seguramente por los descerebrados de la ultra derecha, va a tener graves consecuencias para la derecha española, pues la aleja de la moderación y la seriedad que en unos momentos, le acabaron dando el poder.
Estamos a un paso de empezar un lento pero seguro remonte de nuestra economía; y esto pone nerviosos a Rajoy y sus muchachos, que temen perder buena parte de los apoyos, si antes del 2012, se consolida la recuperación, con Zapatero i el equipo del PSOE, en el timón de la nave; cuestión que les hace dar palos de ciego, buscando lo que nunca van a conseguir la caída del gobierno Zapatero, lo más pronto posible.