Lo leo y no lo creo, el Tribunal Superior de Justicia de Valencia rechaza investigar unas pruebas de financiación ilegal del Partido Popular que han sido presentadas por los investigadores del caso Gürtel bajo un informe secreto realizado por la llamada Brigada de Blanqueo.
El tribunal dispone de este informe des del pasado 31 de julio y se niega a investigarlo con el argumento que los nuevos indicios se refieren a un “objeto diferente” del cohecho que representa que analizaban y del que determinaron que Don Francisco Camps, saliera de rositas.
Por otro lado, en la ceremonia de apertura del año judicial, todos los altos estamentos de la judicatura, en presencia de su Majestad el Rey de España, se deshacen en propósitos de la lucha contra la corrupción en nuestro país.
¿No se considera, “caso de corrupción” la financiación ilegal de un partido político?
¿No resulta al menos sospechoso, que alguien mienta descaradamente al afirmar que se pagó sus trajes, cuando después quede demostrado de forma fehaciente que es una falsedad?
Preguntas que en un país democrático nadie debería hacerse, pues el poder judicial, debería haberse hecho acreedor de un gran respeto en todas sus decisiones, adoptadas siempre i con total transparencia bajo la más estricta neutralidad.
Pero, en Valencia, parece que el concepto de neutralidad y transparencia, es un mucho “sui generis”, cuando resulta que el presidente del Tribunal Superior, el Ilustrísimo Sr. De la Rua, no solo no se inhibe, en el caso que imputa a su íntimo amigo Francisco Camps, si no que archiva el caso, como si fuera cuestión de poca importancia.
Quizás la actitud que adopta ahora, negándose a la investigación antes citada, es la más consecuente con la anterior, en el afán de proteger a su íntimo amigo, caiga quien caiga y pese a quien pese.
A todo esto hay que añadir, que la justicia española, no ha dudado ni un solo momento, en encausar al juez Baltasar Garzón, por la denuncia de un pseudo sindicato, que ha dado muestras palpables de admiración al régimen dictatorial de Franco, como es el caso de Manos Limpias, porque dicho juez ha tratado de indagar en los pozos de nuestra historia más reciente, a fin de resarcir, aunque solo fuera moralmente, a las víctimas de unos asesinos, muchos de ellos ya fallecidos, a los que se rindieron inmerecidos honores.
Las palabras que se han pronunciado en la apertura del año judicial, me suenan a lo que lisa i llanamente denominariamos “cachondeo” y francamente amigos, no creo que este país, esté para muchos cachondeos y mucho menos del que debería ser el tercer puntal del estado de derecho.
El tribunal dispone de este informe des del pasado 31 de julio y se niega a investigarlo con el argumento que los nuevos indicios se refieren a un “objeto diferente” del cohecho que representa que analizaban y del que determinaron que Don Francisco Camps, saliera de rositas.
Por otro lado, en la ceremonia de apertura del año judicial, todos los altos estamentos de la judicatura, en presencia de su Majestad el Rey de España, se deshacen en propósitos de la lucha contra la corrupción en nuestro país.
¿No se considera, “caso de corrupción” la financiación ilegal de un partido político?
¿No resulta al menos sospechoso, que alguien mienta descaradamente al afirmar que se pagó sus trajes, cuando después quede demostrado de forma fehaciente que es una falsedad?
Preguntas que en un país democrático nadie debería hacerse, pues el poder judicial, debería haberse hecho acreedor de un gran respeto en todas sus decisiones, adoptadas siempre i con total transparencia bajo la más estricta neutralidad.
Pero, en Valencia, parece que el concepto de neutralidad y transparencia, es un mucho “sui generis”, cuando resulta que el presidente del Tribunal Superior, el Ilustrísimo Sr. De la Rua, no solo no se inhibe, en el caso que imputa a su íntimo amigo Francisco Camps, si no que archiva el caso, como si fuera cuestión de poca importancia.
Quizás la actitud que adopta ahora, negándose a la investigación antes citada, es la más consecuente con la anterior, en el afán de proteger a su íntimo amigo, caiga quien caiga y pese a quien pese.
A todo esto hay que añadir, que la justicia española, no ha dudado ni un solo momento, en encausar al juez Baltasar Garzón, por la denuncia de un pseudo sindicato, que ha dado muestras palpables de admiración al régimen dictatorial de Franco, como es el caso de Manos Limpias, porque dicho juez ha tratado de indagar en los pozos de nuestra historia más reciente, a fin de resarcir, aunque solo fuera moralmente, a las víctimas de unos asesinos, muchos de ellos ya fallecidos, a los que se rindieron inmerecidos honores.
Las palabras que se han pronunciado en la apertura del año judicial, me suenan a lo que lisa i llanamente denominariamos “cachondeo” y francamente amigos, no creo que este país, esté para muchos cachondeos y mucho menos del que debería ser el tercer puntal del estado de derecho.